La Ponta da Piedade (Punta de la Piedad) está considerada la principal característica natural de esta fascinante línea costera del Algarve, con sus acantilados tallados hasta formar pilares de roca, túneles naturales y grutas ocultas. Estos dorados acantilados de arenisca, con sus ángulos imposibles, destacan en vivo contraste contra los tonos verdes y turquesa profundo de las aguas del océano, y la región en conjunto sólo puede ser descrita como asombrosa.

Desde lo alto del acantilado

La Ponta da Piedade se encuentra situado a 3 km al sur de Lagos, en el extremo meridional de la bahía de Lagos.  Hasta el cabo llega una sola carretera que pasa por las playas de Dona Ana y Camilo y termina en el faro, donde hay un amplio aparcamiento.

Nosotros tuvimos la suerte de poder admirar esta belleza, primero deleitándonos con las vistas desde lo alto de los acantilados y después en barco.

La cima de los acantilados ofrece unas vistas increíbles de la bahía de Lagos. Otra experiencia consiste en unirse a un tour en barco para ver el cabo desde el agua. El recorrido bordea los espectaculares acantilados que se extienden a lo largo del litoral, entre la ciudad de Lagos y la joya de la corona de esta maravilla natural: la Ponta da Piedade.

La erosión del mar, del viento y de las lluvias esculpió caprichosas formas en la roca sedimentaria y grandes taludes alternan con pequeñas calas. Las paredes de la roca se fueron perforando vertical y horizontalmente, formando arcos y grutas, como si estuviésemos en un parque escultórico. Algunos islotes salpican el mar, mientras otros acantilados presentan grutas inundadas. Algunas se pueden visitar en barco.

La escalera casi se mimetiza con las rocas, pero fíjense en las personas y verán la escalera.

Bajando al embarcadero

Aunque desde lo alto de los acantilados tenemos ya magníficas vistas sobre la costa, como dijimos antes, para disfrutar de este lugar en toda su magnitud lo más recomendable es bajar hasta el embarcadero por una escalinata de unos 200 escalones y allí contratar una barca.

Después de bajar los 200 escalones, llegamos hasta una pequeña plataforma con escalera incluida, que se ha convertido en un diminuto embarcadero para coger los barcos que te pasean por esta costa unos 45 minutos aproximadamente.

No hay nada más romántico, que un paseo en barco por este bello lugar. Ya allí abajo, pudimos sentir infinidad de sensaciones que no pueden apreciarse en las fotos: las gotitas de agua cayéndote en la cara, el sonido de las olas, el variable olor a mar…

Paseo en barco

Entusiasmados empezamos nuestro paseo en barco.

Cueva del Amor

«Ahora vamos a entrar en la cueva del Amor«, nos indica a la entrada de la primera cavidad nuestro amable capitán. La belleza de esta cueva es indescriptible.

Las barcas con las que se realiza el recorrido por las grutas de Lagos son pequeñas, las típicas barcas de pesca en las que caben unas seis personas. Esta circunstancia convierte la experiencia en mucho más personal y atractiva. Además, es la manera de introducirse en las grutas que hay en los acantilados, ya que con una embarcación más grande sería imposible.

El barquero comienza a explicar cada una de las formaciones rocosas que vamos viendo a nuestro paso. Las más representativas han sido bautizadas con los nombres de aquellas cosas, personas o animales que evocan. Cada persona visualiza en una roca lo que uno mismo quiera ver con su imaginación. Por ejemplo: en la imagen de arriba, lo alto de la primera formación rocosa se conoce como “Cabeza de Perro”.

Agua color turquesa que se considera la “luz” de la gruta llamada “Salón”.

Mientras se realiza el paseo se pueden ver a otras personas que navegan por la zona en kayak, una opción también interesante para bordear la costa.

Nos lo pasamos en grande viendo las diferentes formaciones.

La excursión es barco es recomendable al 100%. Es un paisaje espectacular y todo obra de la naturaleza. Tuvimos mucha suerte con el barquero, es todo un profesional, te explica todo y te deja hacer fotos tranquilamente.

Apenados porque la excursión llegaba a su fin, pero encantado de haberla podido disfrutar al máximo.

De vuelta al embarcadero.

Después de subir los 200 escalones, visitamos el faro para terminar.

El Algarve occidental en 6 días

Lagos: Histórica ciudad a los pies de una espectacular bahía

Praia do Camilo: Preciosa cala entre acantilados