El Muelle de las Carabelas es un museo ubicado en el Paraje de la Rábida perteneciente al término municipal de Palos de la Frontera (Huelva). En él se encuentran las reproducciones de La Niña, La Pinta y La Santa María que se construyeron en 1992 para celebrar el V Centenario del descubrimiento de América.

Como si de las mismísimas islas caribeñas se tratara, vivimos la recreación histórica de la sociedad y el ambiente que dieron lugar al viaje de Cristóbal Colón. Una excelente proyección que recrea con gran realismo el viaje hacia América de las tres naves.

Además de las réplicas de los barcos, el museo cuenta con un centro de interpretación, el barrio medieval y la isla del Encuentro (recreado alrededor de la dársena), en la que se ha intentado recrear la cultura indígena de la isla de Guanahani, primera isla en la que desembarcó Cristóbal Colón, el 12 de Octubre de 1492, y a la que nombró San Salvador.

Réplicas de los barcos

El principal reclamo turístico del museo es el trío formado por las réplicas a tamaño real de las tres carabelas, La Pinta, La Niña y La Santa María, las naves que participaron en el primer viaje colombino. Fueron creados en 1992 en Isla Cristina, conmemorando el V Centenario del descubrimiento, y fueron la principal motivación para la creación de el Muelle de las Carabelas.​ Se puede entrar en ellas, ver los camarotes, e incluso bajar a las bodegas, que están totalmente ambientadas con figuras humanas de los tripulantes, almacén de víveres, etc.

Por supuesto, nos subimos a los tres barcos para explorarlos y para pasear por su cubierta y subirnos a la proa a vislumbrar el horizonte.

Las carabelas están ubicadas en una dársena de forma semicircular. La Pinta y La Niña se hallan a los lados, flanqueando a La Santa María.

Como hemos comentado, los barcos están abiertos para que los visitantes exploren y cada uno de ellos alberga modelos reales de los miembros de la tripulación.

La Santa María es el barco principal, y en ella no solo se halla el camarote de Cristóbal Colón y su correspondiente representación, sino que puede verse a un escriba y también las entrañas del barco. En la imagen de arriba, pudimos ver una obra de cera del Almirante Colón sentado en su escritorio, trabajando con instrumentos de navegación.

La Santa María (en la imagen de arriba), era la más grande de todas. Tenía 36 metros de eslora y tres mástiles. Con gran capacidad de carga era también la más lenta de las tres y en ella viajaba Cristóbal Colón y 38 de sus hombres.
Nos sorprendió que estaba cuidado hasta el último detalle. Sin duda un lugar muy interesante para visitar.

El mundo del cine se ha aprovechado de la ambientación del enclave. El mejor ejemplo de ello es Vicente Aranda, que ha rodado varias escenas de diferentes películas, como Juana la Loca o Tirante el Blanco. ​También la serie de televisión El Corazón del Océano. Otro ejemplo de la actividad artística que ha vivido el muelle desde su apertura es el grupo de música español Mägo de Oz, que en 2003 acudió al mismo para realizar la sesión de fotos de su disco Gaia, en el cual aparecían ataviados de piratas.

En los barcos también hay unos altavoces que sueltan frases de los marineros de esa época que te transportan en el tiempo. Rodrigo de Triana avistó Tierra al divisar el nuevo continente por primera vez un 12 de octubre de 1492.

Paseo alrededor de la dársena

Después de ver los barcos, volvimos a tierra firme para dar un paseo alrededor de la dársena.

Durante el paseo se va teniendo diferente perspectiva de los barcos.

Poco a poco nos vamos adentrando en la isla del Encuentro.

Isla del Encuentro: Guanahani

Frente a las carabelas se encuentra la isla del Encuentro, que recrea con gran realismo lo que encontraron los navegantes al llegar la isla de Guanahani, al otro lado del Atlántico.

Un poblado típico indígena, muy bien recreado con cabañas de madera y paja, y estatuas que representan a los habitantes haciendo labores cotidianas (pescar, cazar, cocinar). Además de altavoces donde se puede escuchar la melodia celestial de las aves y otros sonidos típicos de la isla caribeña.

  

No obstante, no solo se ha dado importancia al encuentro entre diferentes grupos de seres humanos, sino que además se ha representado la fauna típica del lugar. Tortugas gigantes, loros y diferentes tipos de peces han sido representados. Pero sobre todo destaca una gigantesca iguana en lo alto de una cabaña.

Un lugar que nos enamoró desde el primer momento por su belleza y realismo.

En la imagen de arriba, vemos a mujeres cocinando. También se pueden ver paneles explicativos, donde cuentan un poco parte de la historia, además, de encontrarnos con un fragmento de la carta que Cristobal Colón envió a los Reyes Católicos. Un pequeño trozo de ese fragmento dice así:

«La gente de esta isla y de todas las otras que he hallado y tenido noticia, andan todos desnudos, hombres y mujeres así como sus madres los paren… Ellos, de cosa que tengan, pidiéndosela, jamás dicen que no…».

Nos lo pasamos en grande, no nos esperábamos un lugar tan bonito.

En la imagen de arriba vemos una estatua indígena pescando.

Barrio medieval

En la otra parte de la dársena que contiene las réplicas de los barcos hay también zonas musealizadas. El primero de ellos es la recreación de un barrio portuario medieval.

Este barrio portuario medieval trata de reconstruir el ambiente previo al descubrimiento que vivía la gente común a través de elementos de la vida cotidiana: bodegones, tenderetes, carros, cerámicas, piezas de hierro, objetos de esparto… se encuentran en el mercado que tratan de dar las líneas maestras de lo que sería la carga que ocuparía las bodegas de los navíos.

También podemos ver la elegante estatua de un caballo de forma muy realista en su cuadra.
 Este espacio tiene como base fundamental los barrios de Palos de la Frontera, lo cual recoge un espíritu que impregna todo el museo: la idea de reconocer el papel que jugó esta zona en el descubrimiento de América. En este lugar se encuentra una taberna que da servicio a los turistas.
También hay un puzzle de las carabelas para que los pequeños y no tan pequeños se entretengan.

Mirador 

En lo alto del museo hay un mirador donde se puede contemplar otra bonita perspectiva del Muelle de las Carabelas, y en especial la réplica de los tres navíos.

Centro de interpretación

También hay un museo en el interior del edificio con muchas exhibiciones relacionadas con el Descubrimiento de América, que incluyen réplicas de mapas, instrumentos de navegación, tratados, disfraces y barcos modelo.

     
Maquetas de las carabelas.

Una de las estrellas de la exposición es una proyección, de aproximadamente media hora de duración, en una sala de audiovisuales con capacidad para 120 personas, donde se hace un repaso a los hechos históricos del descubrimiento, desde el reclutamiento de los marinos hasta su regreso y la repercusión que este hecho tuvo. La narración de los hechos resulta original, al estar «realizada» por los propios navíos.

Muelle de la Reina

Después de visitar el Muelle de las Carabelas, justo a la salida a mano derecha se encuentra el Muelle de la Reina, donde tendremos unas bellas vistas del encuentro de los ríos Tinto y Odiel antes de desembocar en el océano Atlántico.

Ya desde el Muelle de la Carabelas teníamos esta preciosa vista del Muelle de la Reina. La marea estaba baja y muchas barcas se encontraban varadas en la arena.

En la imagen de arriba, desde el mismo Muelle de la Reina, vemos el inicio de Huelva y su espectacular monumento a la Fe Descubridora, también llamado monumento a Colón.

Monumento del Ícaro del Triunfo

Dicho embarcadero está presidido por el monumento del Ícaro del Triunfo, que sirve para conmemorar el primer vuelo transatlántico entre España y América realizado por el hidroavión Plus Ultra desde Palos de la Frontera hasta Buenos Aires en 1926.

Palos de la Frontera: Cuna del descubrimiento de América

Parque Botánico José Celestino Mutis y Monasterio de La Rábida

Niebla: Pueblo amurallado a orillas del río Tinto