Después de visitar Tánger y Asilah, nuestra última parada visitando el norte de Marruecos era el encantador pueblo azul de Chefchaouen, aunque antes de llegar hicimos una breve parada en Tetuán y en la bonita presa de Nakhla (imagen de arriba).

Para moverse en taxi por Marruecos como hicimos nosotros, es muy importante concretar el precio previamente con el taxista, ya que si no corres el riesgo de que te timen o te cobren de más. Nosotros tuvimos mucha suerte porque nuestro taxista hizo también de guía. Contratamos que sería nuestro guía y a la vez nos llevaría en su taxi durante nuestra estancia en Marruecos.

El segundo día lugar tuvo lugar nuestra excursión desde Tánger hasta el parque Perdicaris y desde allí al Cabo Espartel continuando hasta las Cuevas de Hércules. Al día siguiente volvimos a quedar con nuestro guía Mohammeh que nos llevó desde Tánger hasta Asilah (a unos 50 km), donde pasamos una noche. Por último nos llevó desde Asilah hasta Chefchaouen (a unos 150 km), donde estuvimos tres días más.

Para ir de Asilah hasta Chefchaouen es un poco locura, porque las carreteras son tan pésimas que hay que volver hasta Tánger y de ahí a Chefchaouen. Nosotros tardamos tres horas en taxi y gracias a las paradas que hizo nuestro taxista-guía, el viaje se hizo ameno.

Tetuán

Después de casi 2 horas de viaje llegamos a Tetuán, donde el taxista paró para que hiciéramos algunas fotos panorámicas y explicarnos un poco la historia del lugar. Tetuán en ocasiones conocida con el sobrenombre de Blanca Paloma, es una ciudad del norte de Marruecos, ubicada a 40 km de Ceuta y a 70 km de Tánger, en las faldas del Yebel Dersa, a 90 metros de altitud en la sierra del Hauz, de la cordillera del Rif, que domina la fértil vega del río Martil, la cercana costa mediterránea y las peñas agrestes de la sierra del Gorges estribaciones del Rif.

Tetuán es una bella ciudad andalusí, y la antigua capital del norte de Marruecos, actualmente con fuerte influencia regional y con gran presencia de la cultura española. Entre 1913 y 1956, fue la capital del protectorado español de Marruecos. Desde 1999, el monarca marroquí Mohamed VI la ha escogido como principal residencia veraniega, ya que tiene una mansión en la cercana playa mediterránea de Rincón. Tetuán tiene un importante atractivo histórico-cultural por la medina antigua, declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco. Sin duda volveremos con más detenimiento a explorar esta bella ciudad.

Nos volvemos a poner de nuevo en marcha dirección Chefchaouen.

Embalse de Nakhla

Lo mejor del camino de Asilah a Chefchaouen viene a partir de Tetuán, donde la autopista termina y empieza una carretera de montaña con paisajes espectaculares como el de éste bello embalse. Se trata de la presa de Nakhla que regula las aguas del río Hajera. Su misión es garantizar, junto con los pocos recursos de aguas subterráneas locales, el suministro de agua potable de Tetuán y su región, pues dada la creciente importancia del turismo en esta zona del país, tanto el de interior como el que viene atraído por los muchos atractivos de la costa mediterránea, esta presa tiene un papel muy importante en la actividad económica regional.

De nuevo nuestro taxista-guía paró para que hiciéramos algunas fotos. Ya estábamos a sólo media hora de Chaouen. Por el lado izquierdo de la carretera vemos algunas de las montañas que forman parte de la cadena montañosa del Rif, elevando sus grandes crestas, que llaman nuestra atención. Estas mismas montañas se extienden hasta más allá de Chefchaouen, nuestro destino.

Puerta de entrada a Chefchaouen

Ya entrando en el bello pueblo azul, nuestro guía hizo otra parada para que viéramos la conocida como «La puerta de entrada a Chefchaouen», representando la arquitectura de la ciudad.

Y por fin… ya estábamos en Chaouen.

Chefchaouen se encuentra en las faldas de los montes Tisouka (2.050 m) y Megou (1.616 m) de la cordillera del Rif, que se elevan por encima del pueblo como dos cuernos, dando así nombre a la ciudad (Chefchaouen en bereber significa: “mira los cuernos”).

El reino azul no es mitología ni novela. Se encuentra en Marruecos, escondido en las faldas de las escarpadas montañas que siluetean la cordillera del Rif. Su nombre es Chaouen y se clava en tus ojos y en tu piel como un tatuaje. Utilizando Tánger como salvoconducto, nos fuimos a perder y a enamorar de este lugar que por suerte para todos… existe.

En los próximos post os mostraremos la belleza de este lugar.

Chefchaouen: La perla azul de las montañas del Rif

Cascadas de Ras el Maa y Mirador de Bouzafar, Chefchaouen

El norte de Marruecos en una semana: Tánger, Asilah, Tetuán y Chaouen

Asilah: La joya atlántica de Marruecos