Itálica es una antigua ciudad romana situada al norte de la localidad de Santiponce, a 7 km de Sevilla. Desempeñó un importante papel tanto en lo político-militar, como en lo económico, durante el Alto Imperio Romano. Fue fundada en el año 206 a.C., cuando el general Publio Cornelio Escipión derrotó a los cartagineses en la Batalla de Ilipa, durante la Segunda Guerra Púnica y asentó a los soldados heridos en esta ciudad ubicada en el hábitat indígena de Turdetania. Es la primera ciudad romana fundada en Hispania y también fuera de territorio italiano.

Visitar este recinto es regresar al pasado. Se pueden apreciar cosas que ni siquiera Pompeya o el Coliseo de Roma permiten apreciar. Los mosaicos presentan un estado de conservación espectacular; el trazo de la ciudadela, el alcantarillado y las estructuras de las termas permanecen intactos. El anfiteatro es espectacular. Además todo está rodeado de naturaleza por lo que la visita cultural se convierte en un bonito paseo. Sin duda merece la pena.

Itálica tuvo una gran importancia y en ella nacieron los emperadores: Trajano, Adriano y Teodosio I el Grande. Tiene el 3º anfiteatro más grande del mundo romano (el 1º es el de Roma y el 2º el de Capua). Todo su prestigio, historia y fama no bastaron, sin embargo, para salvarla de ser objeto de continuo expolio. La primera norma legal de protección del yacimiento se produjo el 9 de febrero de 1810, bajo la ocupación napoleónica. En 1873 los expolios seguían siendo vandálicos. El 13 de diciembre de 1912 Itálica fue declarada Monumento Nacional, pero, no ha sido hasta el Decreto 7/2001, de 9 de enero, de la Junta de Andalucía, cuando se han delimitado claramente la zona arqueológica de Itálica y los ámbitos de su protección efectiva.

Los ciudadanos de la UE entran gratis en el recinto, mientras que los ciudadanos extracomunitarios pagan 1,50 euros. Visitar Itálica es una magnifica excursión cercana a Sevilla que nos permite disfrutar de la naturaleza y la cultura. A continuación nuestro recorrido por este histórico lugar.

Después de entrar al Conjunto Arqueológico de Itálica y ver en una sala un vídeo de como era la ciudad, la vida y las costumbres de la gente que vivía en este lugar, lo primero que vimos fue el anfiteatro.

Anfiteatro de Itálica

El anfiteatro se construyó en la época del emperador Adriano, aproximadamente entre los años 117-138 y fue uno de los más grandes de todo el Imperio romano. Con una capacidad de 25.000 espectadores y unas medidas totales de 160 x 137 m, disponía de tres niveles de graderío. Bajo el nivel del antiguo suelo de madera del anfiteatro había un foso de servicio para los diferentes espectáculos de gladiadores y luchas contra fieras.

El graderío estaba dividido en tres secciones separadas por unos pasillos anulares. La primera, disponía de 6 gradas, con 8 puertas de acceso, y estaba reservada a una clase dirigente. La segunda, estaba destinada a la población más humilde, tenía 12 gradas y 14 puertas de acceso. La tercera, cubierta por un toldo, estaba reservada solamente para albergar a niños y mujeres.

Desde la arena eran celebrados los espectáculos «de sangre»: combates entre gladiadores, escenificaciones «a muerte» de episodios bélicos históricos, cacerías y enfrentamientos entre animales de diferente especie. La arena tiene dos accesos principales: al este, la puerta triunfal, por donde ingresaba el cortejo de los combatientes; y al oeste, la «libitinaria», destino de los caídos en el encuentro. A lo largo del su eje mayor se dispone la «fossa bestiaria», sótano destinado a albergar distintos servicios de los juegos y, sobre todo, las jaulas de los animales, que eran elevadas hasta la arena en el momento preciso.

También es posible recorrer parte de la galería del anfiteatro.

En definitiva el anfiteatro es precioso tanto desde dentro, la parte de la arena, como desde la parte superior desde el graderío.

La ubicación del anfiteatro en una vaguada por donde previamente discurría un arroyo, obligó a los ingenieros romanos a diseñar un complejo sistema de canalizaciones subterráneas para que el terreno se mantuviera siempre seco. Quizá el colapso parcial de estas cloacas influyó en el abandono del edificio.

Dejando atrás el impresionante anfiteatro romano, llegamos por casualidad a un observatorio de aves.

Observatorio de aves

Como hemos explicado anteriormente, este escenario ocupaba una vaguada, razón por la que se llenaba de barro y complicaba las tareas de excavación. En los años setenta se hizo una presa para poder retener el agua y eso llevó a que se llenara de aves migratorias. Se creó un observatorio y ahora la gente puede ir a Itálica a ver tanto las ruinas como los pájaros.

En la orilla de enfrente, había diferentes aves que disfrutaban tranquilamente del lugar.

Termas mayores

Las termas mayores en la imagen de arriba, eran un centro de ocio que albergaba, junto a otros servicios, los baños públicos. Datan de la época de Adriano, siendo un edificio de grandes dimensiones con una extensión de 32.000 m². Todavía se conserva la estructura de la distribución de las piscinas y los hornos. Además de las termas propiamente dichas, el edificio albergaba una biblioteca, sala de masajes, sauna, vestuarios y al sur del cuerpo principal se extendería la palestra que ocuparía casi la mitad de la edificación. Las termas menores se encuentran en el casco antiguo de Santiponce y ocupa una extensión de 1.500 m².

Antiguo horno de pan

En la imagen de arriba se puede apreciar el antiguo horno de pan.

Reconstrucción de una villa romana

En esta otra imagen vemos la reconstrucción de una villa romana en Itálica.

Mosaicos de Itálica

También son muy destacables los numerosos mosaicos, muy detallistas y de gran belleza, como el de la casa del Planetario, de Neptuno o el mosaico de la la casa de los Pájaros.

Mosaico casa del Planetario

La casa del Planetario se construye en tiempos de Adriano (117-138) y experimenta diversas reformas en época tardorromana, destacando entre ellas la segregación del solar en varias unidades de habitación. Edificio residencial de casi 1.600 metros cuadrados de superficie. El mosaico que da nombre a esta casa consta de un círculo dentro del cual se distribuyen siete medallones con bustos. Representan las divinidades planetarias que, en el calendario romano, dan nombre a cada uno de los días de la semana. En el centro está Venus (viernes), rodeada de la Luna (lunes), Marte (martes), Mercurio (miércoles), Júpiter (jueves), Saturno (sábado) y el Sol (domingo). Es una de las mansiones destinadas exclusivamente a los notables de Itálica.

Mosaico casa de Neptuno

Encuadramos el edificio de Neptuno en la categoría de los semipúblicos ya que, a pesar de no haber sido excavado en su totalidad, lo observado hasta el momento hace pensar en una construcción única que ocupa toda la manzana de unos 6.000 metros cuadrados. El mosaico principal de la casa representa al dios Neptuno y su cortejo de criaturas marinas. En blanco y negro salvo la figura del dios, polícroma, representa a éste con tridente conduciendo un carro tirado por dos hipocampos; a su alrededor, centauros, carnero, toro y otros animales terrestres han sido transformados en habitantes del mar al sustituir sus cuartos traseros por colas de pez, conviven en las profundidades acuáticas con delfines, peces, moluscos y crustáceos.

Mosaico casa de los Pájaros

La casa de los Pájaros es la típica de la domus romana: Un peristilo porticado al que rodean las demás estancias. Es una residencia señorial, posiblemente de una familia aristocrática de la ciudad. Este tipo de casas solo representa a una minoría de la población, habitualmente las viviendas del pueblo eran infinitamente peores, por no hablar de los «guetos» de esclavos. El mosaico con pájaros que da nombre a la casa y en el que se representan 33 especies diferentes de aves.

Réplica de la escultura heroica de Trajano

El emperador Trajano nació en Itálica y tuvo una gran importancia en la historia. En la imagen de arriba vemos la réplica de la escultura de Trajano (la original situada en el museo Arqueológico de Sevilla).

La aparición del recinto arqueológico en el capítulo más visto de la historia de la serie «Juego de Tronos», da a las ruinas una nueva oportunidad frente al olvido. Itálica tiene una nueva oportunidad para hacerse valer.

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