Conocida como la cúpula del Mediterráneo, Altea es un paraíso en la Costa Blanca. Está considerado uno de los pueblos más bonitos de Alicante e incluso de España. Se encuentra en la Comarca de la Marina Baja y destaca entre otras cosas, por sus tranquilas playas, sus miradores al mar y su casco antiguo con sus calles empedradas, sus escalinatas y sus casas blancas.

El municipio se encuentra coronado por la Iglesia de Nuestra Señora del Consuelo con sus dos famosas cúpulas de cerámicas con azulejos azules y blancos, símbolo inconfundible de Altea. Un pueblo con mucho encanto donde lo mejor es perderse por sus callejuelas e ir descubriendo poco a poco la esencia del lugar.

Entre el mar Mediterráneo y las montañas de la Sierra de Bernia, Altea es un lugar que enamora a primera vista. Lleva a sus espaldas un legado de historia. Una villa por la que han pasado íberos, romanos y musulmanes. El principal sector económico de la localidad es el turismo, seguido por la construcción, la agricultura y la pesca.

Altea se divide en dos zonas claramente diferenciadas: por un lado tenemos la zona de costa con sus playas, su paseo marítimo o su puerto, y por otro lado el precioso casco antiguo en lo alto de un pequeño cerro. Aparte de la cúpula del Mediterráneo, también es conocida como la Villa Blanca o la perla de la Costa Blanca. Algunos municipios que merecen la pena ver cerca son: Calpe, Benidorm, Guadalest o Villajoyosa.

Altea cuenta con más de 6 kilómetros de costa en donde se alternan zonas de acantilado, pequeñas calas y playas de cantos rodados. Entre ellas destacan la playa de La Olla frente a la cual emerge un pequeño islote, la playa de la Roda cerca del casco urbano, la cala de Soio o la cala del Mascat. Todas ellas no están muy masificadas, por lo que son ideal para la tranquilidad, el descanso y la desconexión. Destacar el bello azul de sus aguas cristalinas.

Casco antiguo

Después de aparcar el coche en la zona alta del municipio donde existen varios aparcamientos, nos disponemos a visitar el centro histórico. Como bien dice el mural que vimos «Aquí comienza la magia de Altea» y es que para muchas personas es el casco antiguo más bello de la provincia de Alicante.

Ubicado sobre un cerro, el casco antiguo conserva el trazado musulmán y se encuentra formado por bellos rincones, calles estrechas y empedradas, escaleras, miradores, casas blancas decoradas algunas con flores… sin duda un lugar ideal para perderse. Algunas de las calles más pintorescas son: Costera Mestre de la Música, Fondo, Bonavista, Salamanca, Consuelo, San Miguel, Mayor, Santa Bárbara…

Calle San Miguel

La calle San Miguel es la más conocida y representativa de la villa, ya que desde ella se realiza la típica foto con las fachadas encaladas de la casas y la iglesia de Nuestra Señora del Consuelo de fondo con sus famosas cúpulas azules, dando lugar a una de las postales más conocidas de Altea y de la Costa Blanca. La calle se encuentra repleta de tiendas de souvenirs, artesanía y galerías de arte, y muchas fachadas están decoradas con artículos llamativos de producción artesanal.

Plaza de la Iglesia

La calle San Miguel te llevará a la plaza de la Iglesia, presidida por el templo de Nuestra Señora del Consuelo. Esta plaza es el corazón y centro neurálgico de la villa y se encuentra repleta de ambiente en sus numerosas bares y restaurantes llenos de terrazas. Una zona preciosa, que te sumergirá de lleno en el ambiente más bohemio. Desde aquí confluyen las calles más importantes del municipio.

Iglesia de Nuestra Señora del Consuelo

La iglesia de Nuestra Señora del Consuelo está situada en la parte más alta de la villa. La parroquia actual fue construida entre 1900 y 1910 y es de estilo neobarroco con detalles modernistas. Es el templo principal de la ciudad y el emblema o símbolo de Altea por sus dos preciosas e inconfundibles cúpulas decoradas con azulejos azules típicos levantinos y adornos en blancos que la hacen visible desde gran parte de la ciudad, el mar y sus alrededores. Por ello se conoce al pueblo como “La cúpula del Mediterráneo”.

Miradores

En el casco antiguo de Altea destacan tres miradores donde disfrutar de las espectaculares vistas del pueblo, el mar Mediterráneo y los alrededores, que son: el mirador de los Cronistas de España, el mirador Blanco y el mirador del Portal Vell.

Mirador de los Cronistas de España

Junto a la plaza de la Iglesia, se encuentra el mirador de los Cronistas de España, el mirador más famoso y visitado de la villa. Destaca por sus increíbles vistas a la bahía de Altea y el sur del municipio, el puerto, el mar Mediterráneo, El Albir y su playa y al fondo las montañas de Sierra Helada y la silueta de los rascacielos de Benidorm.

El mirador de los Cronistas de España es el que se encuentra a mayor altura de los tres nombrados anteriormente y también es conocido como el mirador de Altea, el mirador de la plaza de la Iglesia o el mirador de la Muralla. Cuenta con unas esculturas en el centro. Un lugar de visita obligada.

Calle Santa Bárbara y Casa Cervantes

Desde la plaza de la Iglesia bajamos por la bonita calle Santa Bárbara con vistas al mar para llegar a otro de los miradores, El mirador Blanco. A medio camino de la calle te encontrarás con la Casa Cervantes, mandada a construir por Francisco Martínez y Martínez un historiador que hizo una importante labor estudiando al detalle la obra de Miguel de Cervantes. Es una llamativa casa de estilo ecléctico de principios del siglo XX, con elementos mudéjares.

El mirador Blanco

Después de descender por la calle Santa Bárbara, llegamos a una preciosa plaza llamada Glorieta Francisco Martínez y Martínez con árboles y palmeras donde se encuentra el mirador Blanco. Es menos frecuentado y ofrece unas vistas panorámicas más amplia del paisaje que no tienen nada que envidiar al mirador de los Cronistas de España. Desde el mirador Blanco podrás ver aparte de la zona sur vista anteriormente en el otro mirador, la parte norte de Altea y su bahía, la Sierra de Bernia, el morro de Toix y el Peñón de Ifach de Calpe.

Un bonito lugar en Altea para descansar observando el paisaje y realizar unas fotografías preciosas.

Portal Nou

El Portal Nou (Portal Nuevo) es la segunda de las históricas entradas que se conservan en Altea y data del siglo XVIII (año 1743). Se abrió para poder acceder más fácil al recinto amurallado (casco antiguo) desde el barrio marinero. También se le denomina Puerta del Mar, por su orientación en dirección al Mediterráneo.

Mirador del Portal Vell

El mirador del Portal Vell se llama así debido a que se encuentra a escasos metros del Portal Vell. Al igual que el mirador Blanco, tiene unas vistas impresionante de la zona norte de Altea y su bahía, la Sierra de Bernia, el morro de Toix y el Peñón de Ifach de Calpe.

El mirador del Portal Vell, también llamado Glorieta del Maño, suele estar concurrido ya que se encuentra en una zona de paso y hay un restaurante con la terraza en el propio mirador. Al igual que el mirador de los Cronistas de España, cuenta con unas esculturas en el centro.

Portal Vell

El Portal Vell (Portal Viejo) o Puerta de Valencia es junto al Portal Nou, las dos únicas puertas de entrada que se conservan del antiguo recinto amurallado de la villa medieval de Altea. Del siglo XVII, el Portal de Vell une la calle Mayor con la plaza de la Iglesia.

Plaza Tónico Ferrer

Al atravesar el arco del Portal Vell nos encontramos con la pequeña y encantadora plaza Tónico Ferrer, llena de árboles, palmeras y restaurantes. Aquí se encuentra un cruce formado por las calle Salamanca y la calle Mayor.

Calle Mayor

Ascendemos por la calle Mayor, una de las principales vía del pueblo que conserva el típico y decorativo suelo empedrado en blanco y negro, para llegar de nuevo a la plaza de la Iglesia, donde dimos por acabada la visita. Para los que quieran seguir visitando Altea,  podéis ver la zona de la costa con el paseo marítimo, las playas o el puerto. Otro de los lugares que ver es la iglesia ortodoxa, aunque tendréis que coger el coche ya que se encuentra a varios kilómetros a la afueras del municipio.

Iglesia ortodoxa de Altea

Rodeado de naturaleza, el Templo del Arcángel Miguel es la primera iglesia ortodoxa rusa construida en España. Se encuentra ubicada en la calle Noray 1, en Altea Hills, una urbanización de lujo que atrae a grandes fortunas, muchas de ellas rusas. Llama la atención desde lejos por sus cinco cúpulas doradas que pudimos apreciar desde la carretera antes de entrar.

El templo está dedicado al Arcángel San Miguel y sigue el estilo arquitectónico de las iglesias ortodoxas de madera en toda la península ibérica. Todos los materiales que se han empleado han sido importados de Rusia. La primera piedra fue puesta el 21 de noviembre de 2002 y la consagración del templo se realizó el 11 de noviembre de 2007. Es preciosa, parece sacada de un cuento. Un lugar muy agradable entre la carretera que une Altea con Calpe. Para saber más sobre éste lugar os invitamos a entrar en el post que le dedicamos. Abajo os lo dejamos.

Templo del Arcángel Miguel: La primera iglesia ortodoxa rusa en España

Calpe: A los pies del majestuoso Peñón de Ifach

Guadalest: El pueblo más bonito del interior de Alicante

Peñón de Ifach: Símbolo de la Costa Blanca

Benidorm: La Manhattan del Mediterráneo

Villajoyosa: Un pueblo muy colorido