El archipiélago de la Maddalena es un eden azul en el mar Tirreno. El color del agua único en estas islas es suficiente para ocupar un día completo de tus vacaciones. El conjunto natural del archipiélago tiene más de 50.000 hectáreas y ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Está compuesto por siete islas costeras de Italia: La Maddalena, Caprera, Spargi, Santo Stefano, Budelli, Santa María y Razzolli y unos sesenta islotes rocosos. Están localizadas frente a la costa nororiental de la isla de Cerdeña, al sur del estrecho de Bonifacio, entre la propia Cerdeña y la francesa isla de Córcega.
La isla de la Maddalena es la más grande del archipiélago con una población de alrededor de 12.000 habitantes. Antiguamente era un pueblo de pescadores. Tiene un pequeño casco antiguo, con calles muy animadas. Fundada por pastores corsos, en ella se habla un dialecto propio denominado isulanu. Se trata de una transición entre corso y galurese, influenciado también por el dialecto genovés.
La principal fuente de riqueza de la isla es el turismo, su artesanía local y la venta de productos típicos como los taptes, los corales o la filigrana sarda. La Maddalena fue desde hace muchos siglos de gran interés por su valor estratégico del archipiélago que servía para controlar el paso del estrecho de Bonifacio entre Cerdeña y Córcega y por la piedra de granito que se extraía para ser exportada a todo el mundo.
La Maddalena aún se siente orgullosa de la resistencia a los franceses, que en 1793 quisieron invadir Cerdeña, atacando a las tropas de los Saboya que había en la isla. Derrotados con la ayuda de los habitantes locales comandados por el oficial y hoy héroe local Domenico Millelire, los franceses no logran el control de Maddalena.
El célebre almirante Nelson que combatió a las tropas de Napoléon, visitó las islas durante las batallas navales del Mediterráneo. Agradecido por el trato dispensado por los isleños, donó a la Iglesia de Santa María Maddalena unos candelabros de plata que hoy podemos ver en el interior del templo. La fiesta más concurrida de la Maddalena es el carnaval, que se celebra tanto en febrero como en verano.
Puerto
Después de llegar a la isla de la Maddalena en ferry desde Palau en Cerdeña, aparcamos el coche y nos pusimos a dar un paseo por el puerto deportivo del municipio. Las vistas son geniales, en la imagen de arriba podemos visualizar al fondo la isla de Santo Stefano.
Situado al sur de la isla Maddalena, el bonito puerto deportivo se encuentra prácticamente en el centro de la ciudad. Nos encantó pasear por este pequeño puerto viendo los barcos y las coloridas fachadas de las casas.
Otra de las cosas que puedes hacer es una excursión en barco por las islas del archipiélago de la Maddalena. Navegar por este paraíso en un velero, donde además podrás ver la playa de color rosáceo de la isla Budelli, las esculturas de roca de la isla Razzoli modeladas por el viento y calitas escondidas con mucho encanto, es un placer para los sentidos.
Casco antiguo
Si viajas a Maddalena, te recomendamos visitar además de sus preciosas playas, su pueblo. El centro histórico se ha mantenido intacto con callejones peatonales pavimentados, dando una imagen única.
Iglesia de Santa María Maddalena
Paseando por el casco antiguo, pudimos ver la Iglesia Parroquial de Santa María Maddalena. Se trata del edificio religioso y el monumento más importante de la isla. En su interior hay un museo de arte sacro y los candelabros del almirante Nelson.
Te aconsejamos un largo paseo por el centro, donde podrás descubrir sus bonitos rincones. Observamos muchas tiendas de souvenirs, bares, restaurantes, hoteles, etc. Te recomendamos también que te acerques a la plaza principal donde se encuentra la Columna Garibaldi.
Almirantazgo
Las calles de la población recuerdan por su arquitectura elegante a las de la Rivera de Liguria, y no es de extrañar porque el urbanismo que se planteó en los siglos XVIII y XIX evoca los edificios neoclásicos, acompañados de calles secundadas por hileras de palmeras. En la imagen de arriba, vemos un precioso edificio con forma de palacio, construido en 1893 para albergar al Almirantazgo. En la parte superior se encuentra la torre del reloj.
Después de disfrutar viendo el casco antiguo, volvimos a por el coche para realizar una ruta panorámica por toda la isla.
Ruta panorámica
A través de una carretera panorámica, puedes recorrer toda la isla de la Maddalena, a lo largo de 20 km, observando sus playas y calas de aguas cristalinas, los increíbles paisajes desde sus miradores, incluidas unas buenísimas vistas de la isla de Córcega, del estrecho de Bonifacio y de la Guardia Vecchia (la montaña más alta del archipiélago de la Maddalena).
Playas y calas
Las calas y playas de la Maddalena son de arena fina con aguas cristalinas y, en las zonas más alejadas, puedes disfrutar de zonas absolutamente desiertas. Las mejores son la playa Spalmatore, del Cardellino, I Monti d’a rena, del Uomo Morto, de Abbatoggia, della Madonnetta y las calas de Lo Strangolato, Maiore, di Porto Massimo, Bassa Trinita, d’Inferno y Nido d’Aquila.
Playa Spalmatore
La playa Spalmatore (imagen de arriba), fue nuestra primera parada en la ruta panorámica. Es un lugar perfecto para practicar snorkel y entretenerse viendo los montones de peces nadando a tu alrededor. Un lugar de ensueño con rocas rojizas y aguas cristalinas. La playa Spalmatore es la más popular y bonita de la isla Maddalena. Ha sido incluso escenario de la película de James Bond «La espía que me amó«. ¡Aquí da incluso la sensación de estar en el Caribe!.
Marina di Porto Massimo
Siguiendo nuestra ruta por la isla, nuestra siguiente parada es la Marina di Porto Massimo, situada en una bahía llamada Porto Longo, al noreste de la isla de La Maddalena.
Dentro del hermoso escenario natural, la Marina di Porto Massimo ofrece 136 amarres para veleros y super yates hasta 50 metros de eslora. En la cercanía al puerto se puede encontrar el hotel «Cala Lunga» de 4 estrellas, además de numerosos restaurantes, bares, tiendas y escuelas de buceo. Cuando fuimos el lugar estaba prácticamente desierto.
Nido D’Aquila
Otro de los lugares que vimos en nuestro recorrido panorámico fue Nido d’Aquila. Se trata de un fantástico tramo de costa donde no hay una playa real, sino una amplia y blanca extensión de granito pulido con varias calitas ideales para bucear.
Se encuentra en una posición muy interesante, que está protegida del viento y dominada por las fascinantes rocas de granito y las estructuras del fuerte de Punta Tegge.
Nido d’Aquila se encuentra en el extremo suroeste de la isla. Las pequeñas calas son de arena dorada y gruesa. El mar es de color azul verdoso que se desvanece en azul. El fondo marino es casi inmediatamente rocoso y profundo. Cala Nido d’Aquila toma su nombre del nido del águila pescadora, un ave que alguna vez habitó la costa.
Mirador
Para acabar con la visita a la isla Maddalena, paramos en un mirador donde las vistas son realmentes impresionantes. Parece un edén azulado, que te traslada a la vida contemplativa.. ofreciéndote paisajes deslumbrantes.
Con estas maravillosas vistas, dimos por concluida la visita. También recomendamos una excursión al Parque Natural de Maddalena. Tiene unas 800 especies de plantas y una fauna variada y endémica. Una de las cosas más interesantes para hacer en él es avistar aves del norte de África.
Nos encantó las pequeñas y sinuosas calles de la isla de la Maddalena que te invitan a dar paseos diarios. Su comida, sus paisajes naturales, el azul claro de sus aguas cristalinas y la amabilidad de la gente, hacen de este sitio un lugar mágico.
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