Viajar a Egipto y cruzar el Nilo en crucero

Un crucero por el Nilo había sido mi sueño por bastante tiempo. Aunque este viaje fue hace unos años y no pude recuperar mis fotos al perder mi ordenador (por ello muchas de las fotos son rescatadas de Internet), este emocionantísimo viaje está presente en mi recuerdo como si fuera el primer día.

Nuestro viaje fue por agencia y con circuito preestablecido, pero en un momento dado decidimos ponernos una chilaba y adentrarnos en El Cairo profundo. Pasamos de estar en un barco de lujo y un hotel de cinco estrellas a adentrarnos en las calles para disfrutar la esencia de la ciudad más pobre y profunda, pero eso lo contaré más adelante…

Ahora nos centraremos en qué ver en Egipto paso a paso

Día 1: Sevilla – Madrid – Egipto.

Día 2: Presa de Asuán – Templo de Isis – Kom Ombo.

Día 3: Ciudades de Edfu (templo Horus) y Esna.

Día 4: Luxor. Necrópolis de Tebas – Valle de los Reyes – Colosos de Memnon -Templos Hatshepsut, Karnak y Luxor.

Día 5: Abú Simbel (Ramses II y Nefertari).

Día 6: El Cairo.

Dia 7: Pirámides de Guiza: Kefren, Keops, Mikerinos y Esfinge – Visita a Memfis y Sakkara.

Dia 8: Museo Egipcio – Ciudadela: Mezquita Mohammed Alí – Mercado de Khan el Lhalili.

Día 9: Egipto – Madrid – Sevilla.

Primer día:

Día 1: Sevilla – Madrid – Asuán.

Después de coger un avión desde Sevilla y pernoctar en Madrid, nuestro vuelo desde allí salió puntual y después de unas 5 horas aterrizamos en Asuán. En la terminal nos esperaba como viene siendo usual, un guía que nos llevó hasta nuestra motonave (así se llaman los barcos que navegan por el Nilo). Las primeras impresiones son mucho más que buenas, yo diría excelentes. Dejamos nuestras maletas y nos reunimos en una de las salas, donde, como era de imaginar, nos venden excursiones, información, etc… Después de esto, nos dan el resto de la tarde libre hasta la cena y por supuesto nos quedamos en el barco a disfrutar de sus magníficas instalaciones.

El crucero MS Tu-Ya es un barco 5* Gran Lujo que ganó el premio a mejor motonave del Nilo. Disfrutamos de unos días de un crucero de ensueño a todo tren y en pensión completa. Esta motonave dispone de magníficas instalaciones: cabina y suites de lujo. Todas ellas equipadas con muebles, ventanas con vistas panorámicas e insonorizadas. Además de los servicios tradicionales tales como: caja fuerte en la habitación, teléfono, música, televisión con canales vía satélite o baños de lujo con secador, también dispone de servicio de habitaciones 24 horas, mini bar, lavandería, gimnasio, Internet, biblioteca, Spa, Bussines Center, piscina, jacuzzi entre otros. ¡Una maravilla!

Segundo día:

Día 2: Presa de Asuán, Templo de Isis y navegación hacia Kom Ombo.

Lo único «incómodo» para mí es que cada día nos levantamos muy temprano. En Egipto siempre madrugamos, ya que por la calor, era más recomendable hacer las visitas a primera hora de la mañana. Visitamos la presa de Asuán,  el dique de la nueva represa y la usina generadora de electricidad. Me impresionó escuchar la historia de esta monumental construcción: la Gran Presa de Asuán fue una obra grandiosa. Para frenar el monumental río Nilo hubo que levantar una auténtica montaña. La presa fue construida 111 metros sobre el nivel del mar para salvaguardar al territorio de las potentes crecidas. El DAM, como se conoce aquí a la represa, fue una obra impresionante de ingeniería para lograr el abastecimiento de agua de la población de Egipto. Para ello tuvieron que crear un lago artificial, el lago Nasser (el lago artificial mas grande del mundo). Esto implicó cambiar el curso del Nilo y que casi 800.000 personas fueran trasladas a otras regiones del país.

De la presa de Asuán, nos dirigirnos navegando hasta el Templo de Isis (Philae).

El Templo de Philae o Templo de Isis, es uno de los más bellos a orillas del Nilo. No sin razón, se le conoce como la Perla del Nilo. Al visitar las historias mitológicas, descubrí que me hallaba ante una de las maravillas de la época faraónica.

El Templo de Philae está dedicado a la diosa Isis, la diosa femenina del amor, la magia y la maternidad. Según las leyendas egipcias, cuando Osiris, rey de Egipto y marido de Isis fue asesinado por su hermano Seth, que arrojó pedazos de su cuerpo por todo Egipto, Isis recogió los fragmentos de su esposo, los reconstruyó y le devolvió a la vida. Luego se refugió de la cólera de Seth en la isla de Philae, donde más tarde se levantaría el templo que la veneraba. Impresionante. Mientras vas caminando y accediendo a la zona del Templo todo son miradas de sorpresa y preguntas: “¿Cómo pudieron hacer esto?” Desde el templo nos dirigimos a la nueva isla de Philae.

Me refiero a la nueva isla de Philae porque la verdadera quedó bajo las aguas del dique. La originaria isla de Philae se encontraba cerca de la primera Catarata del Nilo, al sur de Egipto. Con la creación de la presa de Aswan, la isla quedó sumergida bajo las aguas del lago Nasser. Con la ayuda de la UNESCO, todo el conjunto arquitectónico fue recolocado en una nueva isla, Agilkia, justo al sur de Aswan. Impresionante el lago de agua cristalina, las islas que sobresalen, las embarcaciones que van y viene y el monumental templo de Isis. ¡Una preciosidad!

Después de la visita, volvemos al barco y nos dirigimos a Kom Ombo.

Kom Ombo está a 30 km de Aswam, en el desierto del Este, justo en el borde del Nilo. En la antiguedad se construyó en este lugar el templo de Haroeris y Sobe. Lo más llamativo de este templo es que contiene dos santuarios. El lado izquierdo está dedicado a Horoeris, el buen doctor, una forma de manifestación de Horus y su consorte Ta-Sent- Nefer, la hermana, representada por Hathor. El lado derecho está dedicado al dios con cabeza de cocodrilo, Sobek. Resultan impresionantes los grabados en los muros y columnas pero sobre todo, los gigantescos dibujos que hay en los corredores externos. Una auténtica maravilla. No paramos de hacer fotos y de observar cualquier detalle que nos llama la atención.

Y ya de vuelta en el crucero nos esperaba una fantástica cena donde las comida era exquisita y abundante. Después de la cena siempre salimos a cubierta, a mirar las estrellas. Este día lleno de emociones, nos vamos a dormir como niños entusiasmados en espera de las sorpresas que nos deparan la visita del día de mañana.

Tercer día.

Día 3: Visita a  las ciudades de Edfu (templo Horus), Esna y navegación hasta Luxor.

¡Ya casi que le cogimos el gustillo al madrugón…!, después viene el riquísimo desayuno y nada más que por ver los manjares que nos esperan bien merece la pena levantarse bien temprano.

Llegamos a Edfu y desembarcamos para ver el Templo de Horus.

Este templo nos lleva unas 3 horas el visitarlo, claro que sin contar el tiempo muerto para hacer fotos de tantas cosas bellas que pudimos contemplar. El Templo de Horus durante el periodo grecorromano fue conocido como Apolinópolis Magna, dedicada al dios de los dioses, Horus-Apolo. Es el segundo templo más grande de Egipto después de Karnak. Después de esta visita, volvemos a embarcar y ponemos rumbo a Esna.

Esclusa de la ciudad de Esna.

La ciudad de Esna, se encuentra en la ribera de Nilo a unos 55 km al sur de Luxor. La esclusa del río Nilo, situada junto a la ciudad, es paso obligado para salvar un desnivel de unos diez metros, siendo parada obligatoria para todos los cruceros que navegan por el río. Llegamos a la esclusa por la tarde y subimos a cubierta para ver el paso que nos llamó poderosamente la atención.

En la ciudad de Esna se encuentra el templo de Jnum, decidimos dejar de hacer esta visita rápida pues nos pudo más las ganas de ir temprano a saborear la deliciosa cena que nos aguardaba, nuestro aperitivo en cubierta y descansar para mañana que nos tocaba de ver una de las visitas que más ilusión me hacía: Luxor.

Cuarto día.

Día 4: Luxor. Necrópolis de Tebas – Valle de los Reyes – Colosos de Memnon -Templos Hatshepsut, Karnak y Luxor.

Desembarcamos en Luxor (por la mañana temprano ya se hacia notar el calor que hace en Egipto) y nos dirigimos a la Necrópolis de Tebas y al Valle de los Reyes. El Valle de los Reyes de Egipto es espectacular y el calor es tan sofocante que cuando visitamos las tumbas casi nos faltaba el aliento. El Valle de los Reyes es una necrópolis del antiguo Egipto, en las cercanías de Luxor, donde se encuentran las tumbas de la mayoría de faraones del Imperio, así como de varias reinas, príncipes, nobles e incluso de algunos animales.​ Popularmente era conocido por los egipcios como Ta-sekhet-ma’at (Gran Campo).

Después de unas 4 horas, nos ponemos rumbo al Templo Funerario de Hatshepsut, conocido como Djeser-DjeseruLa maravilla de las maravillas«), sobre la franja occidental del río Nilo, cerca del Valle de los Reyes, en Egipto. Este templo funerario fue construido en honor a Amon-Ra, el dios del Sol, y está ubicado junto al templo funerario de Mentuhotep II. Es considerado uno de los monumentos más impresionante del Antiguo Egipto.

Después de esta visita, nos trasladan a ver los Colosos de Memmnon, son los únicos restos visibles del templo funerario de Amenhotep III que se encontraba en la zona. Las estatuas, de unos 18 metros de altura, presidían la entrada monumental del templo y fueron talladas sobre bloques traídos expresamente desde Gebel el-Ahma. Están orientados hacia el este y son representaciones del rey Amenhotep III. A ambos lados están representadas la reina Mutemuia y la esposa Tiyi.  


Entrado el atardecer nos vamos a visitar los Templos de Karnak y Luxor. 
Es el monumento más destacable de la ciudad de Luxor. Se debe fundamentalmente a la obra de 2 faraones, grandes constructores, Amenhotep III y Ramsés II. El primero construyó la parte interior y Ramsés II el recinto exterior. No obstante, el templo tuvo tal importancia que muchos otros faraones contribuyeron al engrandecimiento del recinto.

Templos de Luxor


Templos de Karnak

Karnak es el más grande de los templos de Luxor, uno de los sitios más sagrados en el antiguo Egipto. Construido durante la 16ª dinastía, marcó el ascenso de Tebas como capital del nuevo reino. La atracción principal que aquí se contempla es el templo de Amón, el mayor lugar de culto jamás construida. La Gran Sala Hipóstila, empequeñece a los visitantes con sus decenas de colosales columnas que alcanzan los 23 metros de altura y que dan la impresión de adentrarse en el cielo.

Después de esto, ya sólo nos queda volver y descansar. Mañana nos espera otra interesante visita: Abú Simbel (Ramses II y Nefertari).

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