Chefchaouen, también conocida por Chaouen o Xaouen, es una bellísima ciudad emplazada en el noroeste de Marruecos, a los pies de las montañas del Rif. Pertenece a la región de Tánger-Tetuán-Alhucemas. La medina de Chefchaouen es para muchos la más bonita de todo Marruecos, y no es para menos; lo que la hace tan especial y única es sin duda el color azul intenso de sus casas, un lugar único en el mundo y que ofrece una serie de estampas pintorescas de extraordinaria belleza. Es también denominada como la ciudad azul o la perla azul.

Fue fundada por Moulay Alí Ben Rachid en 1471 en el lugar donde había una pequeña población bereber, para defenderse de los portugueses que ya ocupaban algunas ciudades costeras y así poder dominar la ruta Tetuán-Fez frenando su entrada. La ciudad se amuralló y sus numerosas fuentes aseguraban el abastecimiento de agua en caso de ataque.

Chefchaouen fue durante siglos una ciudad considerada sagrada, donde se prohibía la entrada a los extranjeros. Hasta 1920 en que llegaron los españoles, permaneció aislada a todo tipo de acontecimientos que sucedían en la costa y en los alrededores. Considerada ciudad santa, estaba prohibida la entrada a los cristianos (a los que odiaban) y a cualquier influencia externa, incluso bajo pena de muerte. Por esta razón se ha mantenido con pocas alteraciones toda su fisonomía medieval.

Su población original estuvo compuesta sobre todo por exiliados de al-Ándalus, tanto musulmanes como judíos, razón por la cual la parte antigua de la ciudad tiene una apariencia muy similar a la de los pueblos andaluces, con pequeñas callejuelas de trazado irregular y casas encaladas (frecuentemente con tonos azules). Durante los años del protectorado, fue una base importante del ejército español y la última ciudad que los españoles dejaron cuando Marruecos consiguió la independencia en 1956.

Calles con encanto, fachadas decoradas y encaladas en el típico azul de Chaouen, callejones retocados por comerciantes, gente tranquila, panorámicas del pueblo, fue un gran acierto venir, el encanto de sus callejones nos enamoró nada más llegar…

Chaouen es una pequeña y encantadora ciudad que se encuentra en las faldas de los montes Tisouka (2050m) y Megou (1616 m) de la cordillera del Rif, que se elevan por encima del pueblo como dos cuernos, dando así nombre a la ciudad (Chefchaouen en berebér significa: «mira los cuernos«). A unos 660m. de altitud y con muy poco tránsito de coches, se respira un aire limpio y fresco que invita a quedarse unos días para descubrir la belleza del lugar y su entorno. Nuestra estancia fue de tres días. Esto nos permitió disfrutar de sus rincones y de su gente.

Los lugares de mayor interés son la medina, la plaza principal Uta el-Hammam (donde se ubican la Gran Mezquita y el Alcazaba), las cascadas de Ras el Maa y el mirador de Bouzafar.

Medina de Chefchaouen

Chaouen es una de las ciudades más fotografiadas de Marruecos, por no decir la que más. Su medina es un paraíso de azules celestes, añiles, intensos, suaves, todas las tonalidades de azul que cubren paredes, puertas, macetas, incluso a veces el suelo de la calle.

El color de Chefchaouen se le atribuye a los refugiados judíos que se trasladaron a esta ciudad en los años 30 del siglo XIX, y desearon imitar el azul del cielo en sus casas como identificación con la libertad. Cuentan también que se ha mantenido porque esta tonalidad es un repelente ideal para los mosquitos.

La leyenda cuenta que Moulay Alí Ben Rachid se enamoró de Zhora, una joven de Vejer de la Frontera cuando pertenecía a territorio musulmán. Al ser expulsados de la península, el emir construyó en Marruecos un pueblo que le recordara a Vejer. Desde julio de 2000, ambas ciudades están hermanadas.

Nos adentramos por el entramado de callejuelas de la medina y advertimos un orden perfecto inimaginable en las medinas de otras ciudades marroquíes donde reinan el caos y una agitación permanente.

Esta preciosa ciudad azul es también conocida por sus callejuelas repletas de telares y marroquinerías. A cada paso, un pequeño telar artesano hila mantas de colores llamativos, entramados de rojos, amarillos y naranjas, formando bellísimas piezas que apetece comprar.

Aquí cada rincón, cada fachada, es una fantástica instantánea que el objetivo de nuestra cámara recoge sin parar: el mercado tradicional, un tejedor en plena faena, la aldaba de una puerta, unos niños jugando con su yoyó sobre un fondo azul celeste… Las influencias andaluces son más que evidentes y es que durante los siglos XV al XVII muchos de los moriscos y judíos que fueron expulsados de España se instalaron aquí.

Los encontraréis por todos partes: en la calle, en las tiendas, en los monumentos, vigilando a los turistas… los gatos son habitantes en gran número en el país vecino y por los que los marroquíes sienten un especial aprecio y al contrario de lo que ocurre en la mayoría de los países, suele ser el animal de compañía preferido en Marruecos muy por encima del perro.


Esto se debe a que prefieren a un animal más limpio y con mayor independencia, capaz de moverse e integrarse en todos los rincones de la ciudad, que uno que es más sucio y que dependa excesivamente del cuidado de una familia como es el perro. Tanto es así, que los gatos no suelen pertenecer a ninguna casa en concreto, sino que son cuidados y alimentados por la comunidad en su conjunto.

Sus calles encaladas de color azul y blanco de trazado irregular te invitan a descubrir cada uno de sus rincones.
Llegar al pueblo de Chefchaouen es conocer otro de los lugares imprescindibles que deberías conocer y visitar si está en Marruecos.

Cada año, justo antes del Ramadán los habitantes de la pequeña ciudad de Chefchaouen se afanan en esmero en limpiar casas y encalar fachadas. Es la llamada Laouacher, una verdadera fiesta en la que unas 15 toneladas de pintura blanca y azul se utilizan para pintar las casas de la medina resultando en una mágica paleta de lapislázulis y turquesas.

Uno de los productos estrella es el tinte: pigmentos en polvo para teñir la cal y pintar las estancias de tonos vivos. Es curioso que una amplia gama de colores tiña toda la artesanía de un lugar que se sitúa en el puesto de los más bellos precisamente por su monocromatismo. Azul índigo, azul cobalto, azul celeste o azul violáceo son solo algunos de los tonos de la gama de azules en que se venden los polvos de colores.

Los artistas callejeros transformando los viejos muros de Chaouen en coloridas obras para el deleite de los ojos de nosotros los viandantes.

Es impresionante contemplar el espectacular collage de azules de la medina.

Como dijimos anteriormente, esta preciosa y emblemática ciudad azul está situada en las montañas del Rif, en la zona noroeste de Marruecos. Es conocida por los espectaculares edificios azules de diferentes tonalidades de su casco antiguo, así como por sus callejuelas empedradas e inclinadas.

El ritmo de vida de este lugar es mucho más tranquilo que las otras ciudades que visitamos en Marruecos. Chaouen es hoy por excelencia la “ciudad azul”, un oasis de calma y tranquilidad donde los lugareños caminan sin prisas.

En la imagen de arriba vemos la bonita plaza Hoouta.

En esta plaza nos relajamos y admiramos la belleza del lugar.

Xaouen es el sitio perfecto para una breve escapada, respirar aire puro mientras se realiza algún paseo por la montaña, apoltronarse en la plaza Uta el-Hammam donde todos los caminos confluyen, pero sobre todo recorrer su preciosa medina intentando retener el reflejo de cada tonalidad del color que le ha hecho famosa.

Plaza Uta el-Hammam

Callejeando por la medina llegamos a la sombreada y animada plaza principal, Uta el-Hammam, donde se encuentran el alminar octagonal de la Gran Mezquita. Otra cosa a destacar de esta plaza es que está repleta de terrazas donde podrá tomar algo o comer mientras disfrutas tranquilamente del ambiente y de las vistas de las montañas que rodean Chefchaouen.

En esta misma plaza se encuentra los muros rojos del alcazaba, una fortaleza y mazmorra del siglo XV con exposiciones etnográficas y obras de arte.

Gran Mezquita

La Mezquita Grande destaca por su alto minarete octogonal y como es habitual en Marruecos, el acceso a su interior es sólo para musulmanes. Es la mezquita más antigua e impresionante de toda la ciudad.

Alcazaba de Chaouen

El impresionante Alcazaba fue construido por Muley Ismai a finales del siglo XVII. Esta fortaleza medieval está totalmente amurallada por sólidos muros rojizos y en una de sus esquinas laterales se encuentra la Torre del Homenaje, desde donde os recomendamos subir a lo alto, ya que es de los mejores sitios para observar y tomar fotos de la ciudad, pues hay unas impresionantes vistas de la plaza principal, de los jardines, de la ciudad y de las montañas…

La entrada para visitar el alcazaba o kasbah cuesta 10Dh. Consultar el horario ya que está cerrado los martes.

En su interior hay un pequeño jardín, un museo etnográfico, la Torre Homenaje, y en los bajos de esta torre se puede ver un antiguo calabozo.

Jardín del Alcazaba

El jardín está repleto de grandes árboles, palmeras, flores y un estanque central sin agua.

En este bello jardín nos relajamos observando las flores.

Vistas desde lo alto de la Torre Homenaje

En la imagen de arriba vemos, desde lo alto de la Torre Homenaje, los jardines del Alcazaba, la ciudad y las imponentes montañas…

Desde este otro ángulo vemos la Gran Mezquita y otra parte de la ciudad de Chaouen.

Desde lo alto de la Torre Homenaje descansamos disfrutando de unas vistas privilegiadas.

Un lugar de visita obligatoria por la belleza del sitio.

Antigua prisión

En los bajos de la Torre del Homenaje se encuentran las antiguas celdas de la prisión donde estuvo encarcelado en 1926, Abd el Krim, dirigente de la resistencia contra la dominación colonial española y francesa en el Rif.

Nosotros accedimos a las celdas para comprobar las condiciones de vida de los prisioneros. Es una imagen que os aseguro os provocará escalofríos.

Museo Etnográfico

Además de la Torre del Homenaje y de los bellos jardines, podréis visitar el museo etnográfico que está en el interior del recinto de la Kasbah.

En este museo hay una exposición de una importante colección de arte popular, armas, instrumentos musicales, alfombras, tapices y fotos antiguas de la época.

Saliendo del Alcazaba

En la callejuela situada frente a la Alcazaba, que desde la plaza del Uta el Hammam sube hacia la medina, se encuentra el Fondak, el más grande y antiguo de Xaouen. Los fondak eran los lugares donde se alojaban y hacían negocios los extranjeros y mercaderes nómadas. El Fondak Chfichu está construido en dos plantas de forma rectangular que se disponen alrededor de un gran patio central. En la planta baja una galería con arcos, abierta al patio, protegía a las personas y mercancías de la lluvia y del calor. En el patio se descargaban e intercambiaban las mercaderías. Las estancias de la planta baja hacían funciones de almacén y cuadra. En las habitaciones de la primera planta se hospedaban los visitantes. Actualmente, alberga tiendas de artesanía y antigüedades.

Si queréis seguir visitando Chefchaouen, aquí el siguiente post de las cascadas de Ras el Maa y el mirador de Bouzafar.

Cascadas de Ras el Maa y Mirador de Bouzafar. Chefchaouen

El norte de Marruecos en una semana: Tánger, Asilah, Tetuán y Chaouen