Portugal nos fascina, lo hemos visitado en su totalidad en muchas ocasiones y no nos cansamos de regresar una y otra vez. Es una maravilla, tanto el centro como el norte y el sur del país. Su gente es muy amable y la comida exquisita y económica comparado con otros lugares. Y lo mejor es el estupendo clima, hemos pasado aquí las navidades de fin de año 2022-2023 y las temperaturas eran de 23º al mediodía. Excelente clima que aprovechaban muchos para bañarse y tomar el sol en pleno invierno en la piscina del hotel o en la playa.
Siendo puerta de entrada al Algarve desde Andalucía (al menos que lo hagamos en ferry desde Ayamonte a Vila Real de Santo António), Castro Marim es una pintoresca localidad portuguesa perteneciente al distrito de Faro, situada justo en la frontera con España. Desde sus colinas, se puede observar toda la villa y su excelente patrimonio histórico, la Reserva Natural de las Marismas de Castro Marim y Vila Real de Santo António (con sus salinas), el río Guadiana, Ayamonte en la parte española y el puente que los une y también todo los alrededores y algunas localidades de Portugal.
Su monumento más famoso es el castillo (al fondo en la imagen de arriba). Castro Marim limita al norte y al oeste con el municipio de Alcoutim (que visitaremos próximamente), al este con el río Guadiana y España, al sur con Vila Real de Santo António y el océano Atlántico, al suroeste con Vila Nova de Cacela y al oeste con Tavira.
Coronando un cerro se encuentra el castillo y en otra colina la fortaleza en forma de estrella. Entre ambos, se encuentra la Iglesia de Nuestra Señora de los Mártires y se extienden las casas blancas de Castro Marim que en su sencillez reflejan la típica arquitectura del Algarve.
Castro Marim es una de las joyas desconocidas del Algarve portugués. Se trata de un lugar poco visitado por los turistas, pero realmente tiene su encanto y merece la pena. Lo tiene todo para disfrutar de una completa y tranquila escapada: monumentos, un entorno natural con bonitos parajes, playas muy cerca y una rica gastronomía. Destacar que la villa se llena de gente durante su animada Jornadas Medievales de Castro Marim (o Días Medievais) que duran cinco días y se celebra durante el último fin de semana de Agosto. Hay torneos medievales, desfiles, música, competiciones de esgrima o tiro al arco, banquetes de la época…
Colina del Revellín
Nuestra primera parada en Castro Marim fue la Colina del Revellín. Recibe este nombre porque aquí se asentaba una pequeña fortificación (revellín), mandada erigir por Joao IV. Un lugar muy interesante, bonito, tranquilo y con buenas vistas. Dada su ubicación, cumplía la función de controlar el curso del Guadiana.
Este espacio ha sido totalmente recuperado en el año 2009 como zona verde, en la que se construyó un jardín, un anfiteatro al aire libre, una estatua de un caracol, un bar-cafetería y el Centro de Interpretación del Territorio. Además en esta colina se encuentran una serie de edificaciones, como el fuerte, la Ermita de San Antonio y un antiguo molino de viento, que también han sido rehabilitados.
Molino de viento
Este molino de viento situado en la Colina del Revellín, ha sido recientemente recuperado por ser considerado una edificación única de alto valor patrimonial. Se trata de un edificio de planta circular y cubierta cónica que cubre una máquina movida con velas de tela. Era utilizado para triturar cereales y hacer harina.
Estatua del Caracol
Al lado de la ermita se encuentra esta simpática estatua azul de un caracol. Aunque no hemos encontrado información sobre ella, creemos que es porque aquí se celebra en julio el Festival Internacional del Caracol.
Ermita o Capilla de Santo Antonio
Otro lugar importante de la Colina del Revellín es la Capilla de Santo Antonio. Se trata de la Ermita de Castro Marim y se encuentra bien restaurada y mantenida pero es una lástima que prácticamente siempre esté cerrada.
Desde atrás y los laterales de la ermita hay buenas vistas de todo el entorno, destacando las salinas.
La Capilla de Santo Antonio era originalmente una construcción barroca de planta cuadrangular con un altar dedicado a San Sebastián, aunque ha sufrido múltiples modificaciones a lo largo de sus existencia. Alberga un retablo con siete paneles que representan los milagros del Santo.
Anfiteatro al aire libre
Otro elemento importante es el anfiteatro al aire libre para espectáculos culturales de diversa índole.
Centro de Interpretación del Territorio
El Centro de Interpretación del Territorio es un espacio de acogida de visitantes y un buen punto de partida de itinerarios y visitas al territorio del municipio. Cuenta con un bar-cafetería.
Vistas desde la Colina del Revellín
Desde la Colina del Revellín obtuvimos unas vistas espectaculares de los alrededores. En la imagen de arriba se ve el pueblo de Castro Marim y al fondo en una colina el castillo.
Pero sobre todo destacamos las hermosas vistas panorámicas de las extensas salinas.
Reserva Natural de las Marismas de Castro Marim y Vila Real de Santo António
La Reserva Natural de las Marismas de Castro Marim y Vila Real de Santo António (Sapal) es una zona húmeda creada con la intención de proteger el humedal de características excepcionales en los alrededores de la desembocadura del río Guadiana. Se encuentra formada por un complejo sistema de marismas, canales, salinas, masas de agua salobre, espacios secos con uso agrícola y una pequeña zona de bosque de alcornoques, que se ha convertido en un gran reclamo para los amantes de la ornitología. Allí se pueden avistar la cigüeña blanca, el flamenco y la cigüeña de alas negras.
Puente Internacional del Guadiana
Desde la Colina del Revellín también disfrutamos de una increíble vista del puente Internacional del Guadiana. Une España con Portugal sobre el río Guadiana en su tramo final, a unos dos kilómetros de la desembocadura. Construido en 1991, conecta la localidad portuguesa de Castro Marim en el Algarve y la española de Ayamonte en la provincia de Huelva.
Jardín andaluz
Lo siguiente fue bajar unas escaleras que hay al lado del molino de viento para llegar a un jardín de estilo andaluz.
Este precioso parque cuenta con sus azulejos de colores, fuentes y geometría para recrear un jardín andaluz.
Un lugar maravilloso para relajarse y tomar buenas fotos. Nos encantó este jardín, nuestra galga Amor también se lo pasó genial.
A continuación, nos dirigimos al centro de la villa para seguir disfrutando de sus monumentos.
Iglesia de Nuestra Señora de los Mártires
La Iglesia de Nuestra Señora de los Mártires (Igreja Paroquial de Nossa Senhora dos Mártires) fue construida en el siglo XVIII, sobre una antigua ermita. Es el principal templo religioso de la ciudad y se ubica en el centro del pueblo.
Desde las murallas del castillo pudimos admirar la iglesia, destacando su enorme cúpula blanca y celeste que es ya el símbolo máximo del edificio y al lado el campanario. El templo se encuentra muy bien conservado. Posee en su interior importantes imágenes de los siglos XVI y XVIII, destacándose la del arcángel San Gabriel, la de Santa Lucía y la de Nuestra Señora de la Encarnación y de los Mártires. Solo se abre cuando hay misa.
Plaza
Antes de subir al castillo, bajamos unas escaleras que hay al lado de la fachada de la iglesia y llegamos a una plaza que se encontraba adornada con elementos navideños típicos de estas fechas.
En esta plazoleta nos llamó la atención una curiosa estatua alentando a la gente a dejar de fumar y animando a que tiren las colillas de sus cigarrillos dentro de los orificios de la propia estatua.
Castillo de Castro Marim
Para seguir con la visita, subimos al castillo (castelo) que se encuentra en el cerro más alto de la villa, a unos 5 minutos andando de la iglesia principal.
El Castillo de Castro Marim fue construido en el siglo XIII a petición de D Afonso III sobre unas fortificaciones romanas y moriscas que gozaban de un impresionante y a la vez estratégico emplazamiento, ya que permitía espiar la frontera española.
Este castillo se convirtió en la primera sede de la Orden de Cristo en el año 1319, la nueva versión de la Orden del Temple, hasta su traslado a la ciudad de Tomar en 1334. La mayor parte de las ruinas que se conservan en la actualidad datan del siglo XVII, ya que fue en esa época cuando fueron añadidas nuevas murallas a petición de D. João IV.
El castillo es el enclave más emblemático y visitado de Castro Marim. Dentro del recinto amurallado se puede visitar la torre del homenaje, la Iglesia de Santiago, una sala de torturas medievales, andar por las murallas, un pequeño museo de restos arqueológicos, una sala de información, las ruinas de los edificios destruidos por el terremoto de 1755…
Entrada
Desde 1910, esta fortaleza es considerada Patrimonio Nacional. La puerta principal presenta un curioso relieve en forma de llave y siglas características de los masones medievales.
La entrada tiene un precio simbólico de 1.10€ por persona.
Iglesia de Santiago
Dentro del recinto del castillo podemos visitar la Iglesia de Santiago, que data del siglo XIV.
En el interior de la iglesia podemos ver una pequeña exposición.
Torturas Medievales
Sala de torturas medievales: como ya hemos comentado, dentro del castillo se encuentra ubicada una sala de exposición sobre las torturas que se infringían en la época medieval, durante la Inquisición. Esta sala y su contenido nos impactaron por la crueldad de los métodos utilizados en la antigüedad. A continuación explicaremos algunas de ellas.
La silla de interrogatorio: estaba hecha de hierro, con el asiento, espalda, brazos, piernas y pies cubiertos de cientos de puntas afiladas que podrían ser calentadas para provocar más agonía. El condenado era atado desnudo a la silla y las puntas penetraban en la piel y provocaban así un dolor insoportable. Una silla podía contar entre 1600 y 2000 clavos y también tiras de cuero para mantener a la víctima inmovilizada. Pocos aguantaban más de 15 minutos. Las sillas de interrogatorio se utilizaron mucho en Alemania (sobre todo en Nuremberg).
La Doncella de Hierro: era un sarcófago que contaba con clavos largos colocados en su interior de manera estratégica para alcanzar varias partes del cuerpo, pero no los órganos vitales. El condenado era introducido en posición vertical y los clavos penetraban en la piel provocando una terrible agonía, pues la víctima no podía moverse ni salir. El hierro con el que estaba formado el sarcófago presentaba un grosor extremo, hasta el punto de no poder oír los gritos de la víctima desde fuera.
Rueda para despedazar: en este método se amarraba al condenado, desnudo y estirado boca arriba, junto a la rueda. Sus miembros se extendían al máximo (llegando a desmembrar a la víctima) y quedaban atados a estacas. Debajo de la rueda, se prendía fuego, para que el reo se fuese asando poco a poco.
Cuna de Judas: es un instrumento de tortura utilizado principalmente para sacar confesiones. Consiste en una pirámide puntiaguda, sobre la cual se alza a la víctima completamente desnuda para después dejarla caer una o varias veces, de modo que la punta topara con la zona genital o anal (llegando a desgarrar y a atravesar por completo el cuerpo) con mayor o menor presión dependiendo de cómo evolucionara la confesión.
La muerte en la hoguera era un instrumento de ejecución muy común en la Edad Media como pena de delitos religiosos como la traición, herejía y brujería.
La horca también es un instrumento de ejecución muy común en la Edad Media. Consta de un armazón de madera del que cuelga una cuerda con un nudo corredizo y que servía para ahorcar a los condenados a pena de muerte colgados por el cuello.
Estos son algunos de los crueles métodos de torturas medievales que se exponen en el castillo pero desgraciadamente existieron muchos más.
Ruinas de los edificios
Gran parte del recinto del castillo se encuentra en ruinas, ya que muchos edificios fueron destruidos por el terremoto de 1755.
Un sitio agradable y muy entretenido para pasear y dedicarle su tiempo visitando los distintos lugares que ofrece.
Museo Arqueológico
En el pequeño museo Arqueológico se exponen una serie de piezas que datan desde la Edad de Bronce a la época romana.
Algunos elementos fueron recuperados de la excavación arqueológica en el castillo.
Vistas desde el castillo
Desde lo alto de las murallas del castillo se obtienen una vistas espectaculares de los alrededores, destacando la Fortaleza de San Sebastián, el propio pueblo de Castro Marim, las salinas, el río Guadiana, la Iglesia de Nuestra Señora de los Mártires, el puente, Ayamonte…
Fortaleza de San Sebastián
Frente al castillo, sobre otra de las colinas de la localidad, pudimos fotografiar la Fortaleza de San Sebastián (al fondo en la imagen de arriba). Se trata de una estructura defensiva en forma de estrella construida en el siglo XVII. El conjunto de las murallas rodeaban la ciudad, algunas de las cuales siguen siendo visibles entre las casas. Recientemente restaurado, presenta una muralla de planta irregular, con cinco baluartes defensivos. No está abierto al público.
Cámara Municipal
Después de visitar el castillo bajando hacia donde teníamos aparcado el coche vimos la fachada de la cámara municipal, donde se albergan las dependencias municipales de la villa.
Praia Verde
Castro Marim tiene una pequeña costa a pocos kilómetros del pueblo con sólo tres playas: Praia Verde (imagen de arriba), Praia da Alagoa y Praia do Cabeço.
Praia Verde (playa Verde) es un enorme arenal de arena fina blanca y aguas cristalinas. Una cosa buena que tiene la playa es que al ser tan grande, nunca está masificada. Ubicada entre Monte Gordo y Tavira, praia Verde debe su nombre a su vegetación dominante de pinos piñoneros localizados sobre un sistema dunar con densa cobertura de matorral noble de impoluto color verde que están presentes casi hasta la orilla del mar, por donde pasean tranquilamente multitud de camaleones. La vegetación se conserva del paso de las personas gracias a que está protegida por unas pasarelas de madera que llevan a la playa.
Praia Verde es un lugar de postal cuyo paisaje que lo envuelve deja prendado al visitante. Desde la terraza Guarita, obtuvimos unas espléndidas vistas de la kilométrica playa.
Restaurante O Infante
El restaurante O Infante, al que popularmente se le conoce como El Mirador o El Panorámico, debido a su enorme terraza con vistas espectaculares al mar. Eso sí, es imprescindible reservar ya que es lugar exclusivo y está muy solicitado. Aquí la carta es amplia y el precio es bastante ajustado si nos atenemos a la calidad del producto. Nosotros disfrutamos de un almuerzo muy rico y esperamos volver pronto ya que sin duda es una delicia para el paladar ir a este restaurante.
Clube praia Verde
En la colina, arriba de la playa, entre la terraza Guarita y el restaurante O Infante, se encuentra el Clube praia Verde, que integra una piscina infinita espectacular como podéis ver en la imagen de arriba.
En la Club playa Verde nos relajamos en la tumbonas con estas maravillosas vistas. Al lado de la piscina una barra central donde sirven todo tipo de bebidas, cócteles y por supuesto café.
Nos encantó Castro Marim, tanto el pueblo como sus playas. Nos gusta tanto Portugal que hasta nos gusta ese aire decadente de la infraestructura de las edificaciones: azulejos y fachadas antiguas… una maravilla que solo se puede ver en algunos lugares del mundo.
Castro Marim: Praia Verde, restaurante O Infante y piscina infinita
Vila Real de Santo António: Una ciudad a orillas del río Guadiana
Monte Gordo: Uno de los principales centros turísticos del Algarve
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