Castelsardo surge como un pueblo de postal, imponente después de conducir por la costa desde Sassari. Cuando te acercas te topas con la playa, los impresionantes acantilados y deslumbran el azul del mar Mediterráneo con las fachadas de colores a la falda de la montaña, coronado por su castillo.

Castelsardo se encuentra al norte de la isla de Cerdeña, en la provincia de Sassari. Este pequeño municipio medieval, que cautiva a quien lo visita, es considerado uno de los pueblos más bonitos de Italia. Se alza en un promontorio de la región histórica de Anglona, en el centro del golfo de Asinara. Con casas de multitud de colores, un precioso castillo dominando la ciudad y una parte vieja sinuosa a la vez que encantadora.

Sus orígenes se pierden en el tiempo, pero hoy es famoso por su fortaleza medieval, su naturaleza, la Roca del Elefante (imagen de arriba) y sus tradiciones… Desde la Edad Media y hasta que llegaron las armas modernas fue una fortaleza inexpugnable, protegida por poderosas murallas y diecisiete torres. El núcleo original de Castelsardo creció alrededor del castillo.

Llamada en su inicio Castelgenovese, posteriormente Castelllaragonese, una vez expulsada la Corona de Aragón recibió el nombre actual de Castelsardo. La familia genovesa de los Doria fundó el núcleo de Castelsardo, sabedora de que con la fortificación sobre la defensa natural de la montaña, conseguiría dominar la región, y establecer un puente comercial y militar entre Génova y la isla.

Llegando en coche al municipio de Castelsardo ya se divisa una foto de cuento de su imponente ciudadela. Una vez llegas a este pequeño pueblo pesquero puede subir en coche a la zona alta y aparcar en zona azul y andar un poco hasta la fortaleza. La zona del castillo es de pago (3€) y se visita en unos 20 minutos en función de lo que te quieras recrear con las preciosas vistas. Si visitáis la ciudadela por la tarde no os perdáis la puesta de sol por su parte de atrás y ya de noche y al salir de Castelsardo no olvidéis echar una mirada y ver la bonita imagen del pueblo iluminado.

Catedral de San Antonio Abad

Uno de los lugares más importantes de Castelsardo es la Catedral de San Antonio Abad, levantada sobre el acantilado del que parece que cuelga. Es del siglo XVI y destaca la torre del campanario que está separada de la iglesia.

Centro histórico

El centro de la ciudad es un entramado de callejuelas, rampas y escaleras que siempre en pendiente ascienden hacia el castillo. Está llena de tiendas de toda clase y de restaurantes que ofrecen unas de las mejores pizzas de Italia.

Castillo

El castillo fue edificado por la familia genovesa de los Doria en el siglo XII, sobre la cima del promontorio de Castelsardo, que domina desde lo alto la ensenada y desde donde podrás contemplar unas vistas privilegiadas. Los muros y toda la estructura están muy bien conservados, pues la lejanía del mar ha evitado su erosión. El castillo acoge el museo del Trenzado Mediterráneo.

Roca del Elefante

Las rocas dibujan en ocasiones formas reconocibles, pero pocas veces lo hacen de forma tan caprichosa como en la Roca del Elefante, una asombrosa formación rocosa que el viento ha ido esculpiendo a lo largo de los siglos hasta dejarla a semejanza de un elefante. Su forma es tan parecida que cuesta creer que no haya intervenido la mano del hombre para convertirla en un reclamo turístico.

Se trata de un gran peñasco de traquita situado al lado de la carretera estatal 134 de Anglona, al lado de Castelsardo. El origen de la roca es muy curioso. Se trata de un pedazo de roca que formaba parte del complejo rocoso del Monte Casteddazzu, después se desprendió y rodó valle abajo hasta quedar a la altura de la actual carretera estatal. Debido a la erosión, ha asumido, desde época antiquísima y en el imaginario colectivo, un aspecto parecido al de un paquidermo.

La roca del elefante también es conocida con el nombre de Sa Pedra Pertunta, la roca perforada… Desde la otra cara (imagen de arriba) se pueden apreciar mejor que dentro de la roca están excavadas dos domus de janas de época neolítica, que conservan relieves de una cierta importancia e iconos elementares que representan figuras animales y vegetales. Los ambientes excavados en la roca son pequeños y casi todos disponen de antecámara. Caracterizadas por los numerosos huecos irregulares que presentan, sus paredes conservan decoraciones en relieve, cuernos bovinos y cabezas taurinas colocadas sobre un zócalo realizado en la misma roca.

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