Colgado de una montaña a una altitud de 435 metros, el centro urbano con sus peculiares calles intrincadas y escarpadas, junto a las casitas que las configuran en pintoresca disposición, hacen que Casares tenga la denominación de «Pueblo Colgante«. Además, es el lugar de nacimiento de Blas Infante, considerado el «Padre de la Patria Andaluza«.

Casares está considerado como uno de los pueblos más bellos de Andalucía, incluso de España, tal como evidencia el hecho de que en 1978 fue declarado Conjunto Histórico-Artístico. Este municipio de la provincia de Málaga, perteneciente a la comarca de la Costa del Sol Occidental, está situado en el límite con la provincia de Cádiz, entre la Serranía de Ronda y el Campo de Gibraltar. Málaga la capital está a 105 kilómetros, Gibraltar a tan sólo 47 kilómetros y Estepona a 22 kilómetros.

En el siglo XIX, los viajeros románticos comenzaron a explorar las serranías. Venían de Ronda, Málaga, Cádiz y Gibraltar. Casares quedó anotado en sus libretas de viaje. Apareció en las guías Baedeker. Desde entonces es un destino turístico de primer orden.

Sus orígenes vienen de muy atrás con íberos y fenicios y luego romanos. Se encontraron inscripciones en los restos de la ciudad de Lacipo, cuyos resultados arqueológicos nos permiten concluir que se establecería allí entre los siglos I a. C. al siglo I. Su nombre deriva de Julio César, ya en en el año 61 a.C. utilizó los próximos Baños de la Hedionda para curarse con sus aguas sulfurosas la enfermedad hepática que padecía, las cuales se hicieron famosas en toda Roma.

Es el prototipo del pueblo blanco andaluz: calles estrechas, empinadas y sinuosas y casas encaladas.

Un lugar ideal para realizar una escapadita y conocer este bello lugar.

Paseo por el casco antiguo

Cuando comenzamos a caminar por sus estrechas, empinadas y sinuosas calles, con casas perfectamente encaladas, desde luego nos damos cuenta que estamos ante un prototipo claro de villa andaluza.

Las numerosas macetas le ponen la nota colorida a un blanco inmaculado que nos atrapa y nos invita a seguir recorriendo esas vías empedradas.

El casco antiguo de Casares es ideal para perderte por el laberinto de calles adornados con flores y plantas que le dan un encanto especial.

Este lindo gatito se nos acercó para saludarnos.

El Ayuntamiento de Casares, al igual que el de Estepona, continúa contribuyendo al aumento de plantas y flores para el embellecimiento del casco histórico de este bonito pueblo.

Pasear por Casares nos envuelve en la magia del tiempo. Su casco urbano es de origen musulmán.

Plaza de España

La plaza de España se encuentra en el centro del pueblo, donde confluyen ocho calles. Es el centro neurálgico de la población. Destaca en el centro de la plaza la fuente de Carlos III, que data 1785, en estilo neoclásico. Está construida en piedra arenisca, y aunque ha sufrido distintas reformas, sigue conservando su aspecto original. Se construyó bajo el reinado de Carlos III, de ahí su nombre.

Casa natal de Blas Infante

Desde la plaza España, tomamos la calle Carrera cuesta abajo, y en unos 5 minutos llegamos al nº 51, donde se encuentra la casa en la que el 5 de julio de 1885 nacía Blas Infante, «Padre de la Patria Andaluza«. La casa natal convertida ahora en museo y oficina de turismo. Blas Infante fue el máximo ideólogo del andalucismo político. Murió fusilado en Coria del Río, Sevilla, el 11 de agosto de 1936. Se trata de una pequeña casa de pueblo de dos plantas cuya entrada sirve de recepción. Esta casa tiene como objetivo la divulgación de la vida y obra de este ilustre andaluz. Se pueden encontrar toda la bibliografía de Blas Infante. Dispone de una sala de exposiciones, otra de consulta de los fondos documentales, una sala de archivo y un salón de conferencias.

Desde la casa natal de Blas Infante subimos a la plaza de España y cogimos una empinada cuesta por las calles Villa y Arrabal. En unos 10 minutos llegamos al Recinto del Castillo.

Recinto del Castillo

Situado sobre un abrupto macizo de roca caliza, en lo más alto del pueblo, el Recinto del Castillo (imagen de arriba) conserva los restos del castillo y la muralla, y parte de los muros y torres del Alcázar que ocupan todo lo alto de la meseta. La fortaleza fue edificada por los árabes en el siglo XIII.

Castillo de Casares y murallas Árabes

Después de una subida casi interminable, aunque muy bien señalizada, llegamos al castillo, o eso dicen. Quedan restos de lo que hace tiempo fue una edificación bastante grande, pero que a día de hoy están muy deteriorados. También ser conservan restos de los muros de la muralla, así como de las torres del Alcázar en la parte más elevada del lugar, aunque como vemos en la imagen de arriba, también se encuentran sensiblemente deteriorados. Lo mejor de todo las vistas del bello pueblo de Casares y las sierras.

Si miramos hacia la otra dirección, veremos la espectaculares vistas al mar Mediterráneo. Lugar al que vale la pena subir por sus inmejorables vistas.

Iglesia de la Encarnación

En la parte alta de Casares, también dentro del Recinto del Castillo, se encuentra la Iglesia de la Encarnación, conocida actualmente como «Iglesia del Castillo«. Fue construida en el siglo XVI por orden del Papa Julio II, y está ubicada sobre lo que seguramente fue la mezquita mayor de la medina musulmana, alrededor de la cuál se construyeron las casas de dicha población.

Se compone de tres naves separadas por arcos de medio punto sobre pilares. Posee además una torre-campanario de origen mudéjar del siglo XVI y el patio trasero pertenecía a un antiguo convento. El monumento fue dañado durante la guerra civil, y en la actualidad se está rehabilitando para un futuro uso como Centro Cultural.

Puesta de sol desde el mirador del Recinto del Castillo

Como el sol ya estaba cayendo, nos quedamos en la parte alta del pueblo para ver esta preciosa puesta de sol.

Esta zona supone un estupendo mirador desde donde la vista se pierde por las llanuras y montañas que se extienden hasta la Bahía de Algeciras, Gibraltar, Ceuta o la Cordillera de Atlas en África, aunque para esto tiene que coincidir que la climatología lo permita. También se puede visualizar por los alrededores la Serranía de Ronda, la Sierra Crestellina, y los pueblos de Jimena de la Frontera y Castellar.

En la imagen de arriba, para lo que tengáis buena vista, podemos observar la silueta del peñón de Gibraltar y las montañas africanas.

En este lugar también pudimos ver numerosos buitres leonados, mientras el sol iba desapareciendo de nuestras vistas.

Sin duda inmensamente agradecidos de poder disfrutar de esta puesta del sol desde este lugar.

A la mañana siguiente…

A la mañana siguiente nos levantamos con estas vistas desde el balcón desde nuestro hotel en Casares.

Miradores

Antes de irnos de este increíble pueblo, ya que visitamos también los Baños de Hedionda y Estepona, dimos una vuelta con el coche parando en algunos de los mejores miradores de esta localidad.

En la imagen de arriba, vemos el pueblo desde el restaurante el Mirador de Casares.

Desde el mirador puerto de Ronda también se obtiene una bella panorámica del pueblo blanco de Casares. Se puede observar en la imagen de arriba con más claridad la parte superior del municipio con el Recinto del Castillo.

Con estas bonitas vistas del mar abandonamos Casares (pueblo que nos encantó) y pusimos rumbos a la costa.

Baños de la Hedionda: Historia, naturaleza y salud

Estepona: Jardín de la Costa del Sol