En el extremo sur de Lanzarote, en pleno Monumento Natural Los Ajaches, se encuentra una preciosa costa conocida como las playas del Papagayo. Se trata de playas vírgenes de arena dorada, situadas entre la localidad turística de Playa Blanca y la Punta del Papagayo, refugiadas de los vientos alisios y bañadas por aguas tan tranquilas como cristalinas.

La playa de Papagayo (imagen de arriba), es la más popular y hermosa de todas y la que da el nombre a esta zona. Se oculta entre dos acantilados formando una pequeña ensenada. Es de arena blanca y fina, pequeñas dimensiones (120 metros de longitud por 20 metros de ancho) y aguas transparentes de color esmeralda que permanecen tranquilas como si de una piscina se tratase. Ideal para hacer snorkel y disfrutar de la riqueza de sus fondos.

Aquí no hay sombrillas, ni paseos, ni muchos bares… puro paisaje salvaje, no me extraña que haya sido elegida por goleada la mejor playa de España en 2019 por la revista internacional especializada en turismo de lujo Condé Nast Traveler.

Para llegar a las playas del Papagayo tendremos que coger un camino de tierra cerca de la localidad de Playa Blanca. Se encuentra bien señalizado y cobran una tarifa de acceso a la zona de 3 euros por vehículos motorizados que da derecho a circular libremente durante todo el día por el Monumento Natural Los Ajaches. Ya que cobran entrada, podrían mejorar un poco el estado de la pista, ya que se encuentra en muy mal estado por la gran cantidad de baches. Aún así merece la pena porque las playas son preciosas.

El Caribe se queda en pañales frente a estas aguas limpias y cristalinas, arena fina, paisaje precioso, protegido del viento ¡que más se puede pedir!…

Además, como ya hemos comentado, esta sucesión de playas se encuentra en un entorno idílico dentro del espacio natural protegido de Los Ajaches. Se trata de un territorio de más de 3.000 hectáreas de superficie de gran importancia geológica y geomorfológica que constituyen una gran formación volcánica antigua situada en el sureste de Lanzarote. Se extienden desde la Punta del Papagayo (extremo sur de la isla) hasta las inmediaciones de Playa Quemada (centro-oriental de la isla). Tiene una edad estimada de unos once millones de años. Los geólogos creen que la altura inicial de estos volcanes llegó a ser de más de 4000 m (más que el Teide actualmente) y sin embargo, hoy no superan los 400 m. Esto da una idea de los procesos erosivos que han desmantelado estas formaciones. Declarado en 1987 Paraje Natural de Interés Nacional y en 1994 Monumento Natural.

Aparte de la arena y el color del agua, lo más destacable son las impresionantes vistas desde lo alto de los acantilados. Pudimos divisar una buena parte de la costa del lugar y en el horizonte una bella panorámica de la vecina isla de Fuerteventura y el islote de Lobos. El cuadro paisajístico es de una belleza especial.

Sin duda lo que más llama la atención del Monumento Natural Los Ajaches es la combinación de un paisaje de picos altos como el de La Aceituna o Las Hachas Grande y Chica, con peñones y acantilados de baja altitud que van a parar a algunas de las playas más bonitas de la isla como: playa Mujeres (imagen de arriba), playa de la Cruz o del Pozo, playa de Papagayo, caleta del Congrio y puerto Muelas. También hay algunas pequeñas calas aisladas como son: playa de la Cera, caletón de San Marcial y caletón del Cobre.

Bien sea para disfrutar de sus aguas o simplemente para hacerle una foto, la playa de Papagayo es la que más personas atrae.

En período veraniego, las playas del Papagayo son muy frecuentadas. Sin embargo, si visitas la isla en cualquier otra época, la podrás disfrutar con tranquilidad, sin agobios.

El agua no estaba fría y, además de su magnífico colorido, es tranquila y sin olas. Tan transparente que puedes ver los peces entre las rocas muy cerca de la orilla. Mi chico no pudo resistirse a bañarse a pesar de que estábamos en  invierno.

En el restaurante-chiringuito Casa El Barba verás una de las mejores vistas de la isla y una comida excelente. Se encuentra justo en el acantilado antes de bajar a la playa de Papagayo. Ofrecen un pescado de excelente calidad acompañado de patatas, mojo y ensalada… además el trato es excepcional.

Todo el parque está muy bien para las caminatas tanto a pie como en bici, las playas que se pueden visitar son impresionantes y la calidad del agua fantástica. Cuenta con parkings y zona de acampada cercana.

La playa del Papagayo es la más famosa de Lanzarote, la que siempre sale en las postales. Sin duda merece la pena dedicarle al menos un día para visitar tanto esta playa como toda esta costa salvaje y su entorno paradisíaco.

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