El museo Lagomar es un lugar único. Ubicado en un risco del volcán de Nazaret, fue construido en un enclave impresionante entre rocas, cuevas y túneles que te llevan a lo que un día fue la casa del actor egipcio Omar Sharif. Actualmente, Lagomar alberga un museo, un restaurante y un bar. Se ha convertido en una referencia para el Arte y la Cultura de Lanzarote y es una visita imprescindible para todo aquel que visite la isla.

Se trata de una casa excavada en la roca volcánica que esta totalmente adaptada al lugar donde se encuentra. Lo primero que te llama la atención según entras es el lago y la cantidad de plantas que se observan por doquier. Parece que has entrado en un jardín botánico y eso en Lanzarote llama mucho la atención acostumbrado a los paisajes áridos y volcánicos donde no se observa vegetación alguna.

El proyecto arquitectónico de Lagomar proviene de un encargo realizado por el británico Sam Benady, quien confiaría la concepción del edificio al artista más famoso de Lanzarote, César Manrique, aunque buena parte de la ejecución final corrió a cargo de Jesús Soto. Ambos pretendieron desarrollar los diferentes rincones del lugar con la intención de trasportar a los visitantes a historias de las mil y una noche. Las colaboraciones entre Manrique y Soto no se produjeron exclusivamente en el proyecto de Lagomar, sino que juntos contribuyeron a la creación de algunos de los monumentos más icónicos de la isla, como, por ejemplo, los Jameos del Agua, el Jardín de Cactus, el Mirador del Río, el restaurante El Diablo o la Casa-Museo del Campesino.

Una de las anécdotas más curiosas de Lagomar se produjo a principios de los años 70, cuando el actor egipcio Omar Sharif llegó a Lanzarote para rodar la película La isla misteriosa y el Capitán Nemo, inspirada en la obra de Julio Verne. Se cuenta que tras descubrir la vivienda de Sam Benady, quedó enamorado y la compró. También se dice que Benady, al conocer la reputación de Sharif como jugador de cartas, lo desafió a jugar al bridge y se apostaron la casa. Sharif aceptó el desafío, sin darse cuenta de que Benady era campeón de bridge, por lo que perdió la casa recién comprada. Sea cierta esta historia o tan solo una leyenda local, el caso es que en el museo del Lagomar hay fotografías que muestran a ambos protagonistas jugando a las cartas. En cualquier caso, actualmente es común encontrar lanzaroteños que siguen llamando a la propiedad la “Casa de Omar Sharif”.

Antes de ir a Lanzarote leímos en internet sobre un sitio llamado Lagomar y decidimos acudir ya que de entrada nos pareció espectacular. Es un lugar que no suele aparecer en ningún mapa oficial ya que no pertenece a ninguna institución pública. Además esta enclavado al fondo de un pequeño pueblo que aparentemente no cuenta con ninguna atracción especial. Sin embargo, cuando entras por primera vez, no dejas de asombrarte de la maravilla arquitectónica que crearon aquí.

Sinceramente creo que ir a Lanzarote y no visitar el museo Lagomar hubiera sido una pena. El aprovechamiento de la naturaleza para adaptar esta casa es algo espectacular.

Entrada

Para llegar a la entrada del museo Lagomar, habrá que dirigirse a la calle los Loros 2, en el pueblo de Nazaret, en el centro de la isla. La entrada para los adultos cuesta 6 euros por persona. Como ya hemos comentado, la casa no pertenece a ninguna institución pública, por lo que no se encuentra incluida en la compra de los bonos turísticos. 

Lago

Lo primero que nos llamó la atención al entrar al Lagomar fue un pintoresco lago y la exuberante vegetación.

Destacar también su impresionante arquitectura, construida sobre una cantera volcánica, donde se aprovecha los laberintos y cuevas naturales.

Al llegar lo que nos encontramos fue un espectáculo maravilloso y estuvimos prácticamente solos durante toda la duración de la visita, siendo la que más nos ha reconfortado. Exploramos hasta el último rincón de la casa sin prisas y todos sus detalles, haciéndonos todas las fotos que quisimos.

Lagomar se ha mantenido en constante evolución desde su construcción, incorporando poco a poco elementos que casaban perfectamente con su diseño inicial. Las cuevas existentes fueron renovadas utilizando madera y artefactos de naufragios locales, para las vigas y las luces. En el diseño se incorporó la flora local: cactus, palmeras, aloes y buganvillas, para formar un oasis dentro de la roca. Utilizaron vidrio, hormigón lavado y guijarros para generar patios circulares, el lago, cascadas y una serie de espacios curvilíneos.

La gente habla mucho de los Jameos del Agua pero sinceramente este lugar nos pareció muchísimo más bello y sin tener que esperar ninguna cola ya que todavía es relativamente desconocido. Unas de las joyas que esconde la isla de Lanzarote. Esta mansión es todo un espectáculo y lo mejor… con pocos turistas ya que suelen acumularse en los sitios típicos más turísticos. Todo un placer para la vista y el alma.

Restaurante

Al lado del lago, se encuentra un restaurante donde saboreamos un buen tentempié antes de recorrer todos los recovecos de éste lugar con mucha historia. Son muchas y variadas las características: curvas, contrastes de luz y sombras, agua y roca de esta original casa mitad vivienda mitad entrañas de volcán.

A continuación, atravesamos unos de los lugares más bonitos y fotografiados del lugar. Se trata de un túnel con unos peldaños de madera sobre el agua por los que se puede caminar.

Subida a la casa-museo

Saliendo del túnel del agua, subimos unas escaleras con una bonita decoración para llegar a la casa-museo.

Lagomar es, por tanto, un conjunto único cuya arquitectura queda absolutamente condicionada por el capricho de la naturaleza, ya que los actuales túneles, recovecos y terrazas fueron originados en su momento por el avance de la lava en plena erupción volcánica. En este sentido, la creatividad del humano constituye tan solo un ingrediente más en una obra esculpida por la naturaleza.

Casa-Museo

A continuación recorrimos las distintas estancias de la casa-museo y su área de exposición. En la actualidad Lagomar es el escenario de importantes actividades de la agenda cultural de Lanzarote, se alquila para la celebración de eventos y también dispone de un área de alquiler de apartamentos. Pero, sobre todo, en el imaginario lanzaroteño fue y siempre será el hogar de Omar Sharif, uno de sus actores más queridos, independientemente de lo que ocurriera aquella noche, en aquella partida de cartas contra Sam Benady.

Lanzarote ha sido siempre un escenario recurrente en la grabación de producciones de todo el mundo. En la Casa Amarilla, antiguo Cabildo de Arrecife, se puede disfrutar en la actualidad y de manera permanente de una muestra de todas las películas rodadas hasta el momento en la isla. No es extraño entonces que, en los años setenta, el popular actor egipcio Omar Sharif (protagonista de películas como Doctor Zhivago o Lawrence de Arabia) viniese a Lanzarote para interpretar el papel de Nemo en el film “La Isla Misteriosa”.

¿Leyenda o montaje?, se ha dicho que nada es cierto de la partida de cartas y que fue una estratagema de Benady para promocionar la venta del resto de sus casas en Nazaret bajo la ayuda cómplice de Omar Sharif. A saber, pero perderla, la perdió y nunca volvió. Sea como fuere, no hay documentación suficiente que permita contrastar los hechos y cada especulación acerca de los mismos no sirve sino para contribuir al mito y alimentar la curiosidad de propios y extraños.

 

Extraordinaria visita al cuarto de baño de la casa del legendario «Doctor Zhivago«. Lagomar lo tiene todo para ser el escenario de una película al más puro estilo Hollywoodiense. Una historia que engancha, un protagonista carismático y un escenario en el que te encantaría perderte. Cada pincelada que lo compone es un dato curioso, es historia reciente de Lanzarote y forma parte ya de su cultura y su folklore. La verdad es que nunca pudimos imaginar que existiese un lugar así. Una casa excavada en la roca con infinitos pasillos y recovecos y todo ello rodeando un lago del que esperas que salga Sean Connery en cualquier momento martini en mano.

Vistas

Desde lo alto de la casa-museo, las vistas a una piscina, al pueblo de Nazaret y a los volcanes de fondo son impresionantes.

El lugar es una vieja cantera en la que unos grandes artistas, más que arquitectos, hicieron una mansión, jardines y lugares dignos de cualquier soñador. La verdad, repito, es que el lugar es idílico. No se puede dejar de ver.

Bar

Destacar también su popular bar con música en vivo que descansa en el interior de una de sus cuevas más extraordinarias. Como ya hemos comentado es visita obligada.

Muy bonito como casi todo lo que vimos en Lanzarote, una isla tranquila, acogedora y con mucho que ver…¡hay que ir a visitarla!.

También cuenta con una tienda (nosotros compramos mermelada de cactus que está espectacular). Tiene buena zona de aparcamiento. Encantados de haber podido disfrutar un ratito de esta casa de ensueño y deambular por sus interminables pasillos y niveles. No está demasiado masificada lo cual se agradece.

En nuestra opinión la arquitectura de esta mansión es de ensueño. Maravillosamente adaptada al entorno y con una gran belleza paisajística. Una casa-cueva tallada en roca increíble para recorrer junto al museo que se alberga en ella. Con zona de bar y restaurante para poder degustar un refrigerio con unas excelentes vistas. Simplemente te deja sin palabras. La recomendamos al 100%.

Villa de Teguise: Uno de los lugares con más encanto de Lanzarote

Timanfaya: Un paseo por la Luna sin salir de la Tierra

Casa-Museo del Campesino y el Monumento a la Fecundidad