Como ya hemos comentado en los post anteriores, hemos estado en Italia en numerosas ocasiones, pero esta vez fue especial porque fui a visitar a mi querida amiga Ana Rosa. Ella es italiana, más concretamente del bonito pueblo de Lettere, con lo cual me hizo de guía turística. Con ella pudimos disfrutar de algunos de los sitios más interesantes y bonitos del Golfo de Nápoles y entre ellos la zona arqueológica de Herculano.

Herculano es una antigua ciudad romana conocida por haberse conservado, al igual que Pompeya, enterrada en las cenizas de la erupción del volcán Vesubio el 24 de agosto del año 79 d. C. Para mí, que ya había visitado los restos arqueológicos de Pompeya, fue una grata sorpresa ver como Herculano, a pesar de ser más pequeño y no tan conocido, está mejor conservado que Pompeya. Se puede ver perfectamente la estructura y disposición de las casas, tabernas, tiendas, baños, domus, las pinturas… una maravilla.

Herculano fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, junto con Pompeya y otros yacimientos arqueológicos de la zona, en 1997. En la imagen de arriba, se puede apreciar lo cerca que está el mar de Herculano. Antiguamente era una ciudad costera con su puerto, pero hoy en día se encuentra a 500 metros del agua. Realmente recomendable…

Herculano se encuentra ubicado en el municipio de Ercolano, en las faldas del volcán Vesubio, a 10 kilómetros al sureste de la ciudad de Nápoles, en la región de la Campania. Ercolano se construyó prácticamente sobre la antigua Herculano, por lo que las ruinas de las casas de los antiguos habitantes se encuentran prácticamente junto a las de los nuevos, creando un curioso contraste como se puede apreciar en la imagen de arriba.

En 20 minutos puedes llegar por cuenta propia desde Nápoles. Puedes ir en coche o puedes tomar el tren de la línea Circumvesuviana, en la Estación Garibaldi, que queda justo detrás de la Estación Central y bajarte en la estación Ercolano Scavi, de ahí puedes ir caminando ya que está relativamente cerca. El autobús es otra opción pero más lenta.

Según la leyenda, Hércules fundó la ciudad dándole su nombre después de enamorarse de la belleza del lugar. Como puedes suponer, es obvio que no fue así. Los verdaderos orígenes de Herculano se remontan al siglo IV a.C., y tras pertenecer a distintas culturas, se convirtió en municipio romano en el año 89 a.C. Bajo el dominio de Roma se convierte en villa marina donde muchas familias ricas pasaban los veranos. Gracias a ello la ciudad tiene un importándose desarrollo urbanístico construyéndose edificios públicos y bellas villas.

El el año 62 a.C. la ciudad sufre un fuerte terremoto que causa daños en sus edificaciones. Cuando aún no han terminado las reparaciones, en el año 79 d. C. fue arrasada y sepultada por la furia de la erupción del volcán Vesubio. En cuestión de horas la ciudad queda sepultada bajo 20 metros de cenizas y barro, para conservarse con el paso de los siglos. Los habitantes que no huyen mueren intoxicados por una nube de gases tóxicos provenientes de diferentes oleadas piroplásticas. Herculano se conserva prácticamente como si sus relojes se hubieran parado siglos atrás y alguien hubiera cuidado con mimo la ciudad para que se mantuviera intacta.

La población tuvo el tiempo de intentar la fuga por mar, pero fue repelida en la costa por un violento maremoto, como lo atestiguan los restos humanos y de embarcaciones hallados sobre todo el litoral.​ Como la ciudad estaba más cerca del volcán que Pompeya, la alcanzó a una temperatura superior, por lo que las víctimas fueron reducidas al instante a esqueletos abrasados. La ciudad de Herculano estuvo enterrada durante siglos y fue descubierta en una fecha no exacta que estriba entre los años 1706 y 1713. Las excavaciones más o menos sistemáticas de las ruinas comenzaron en 1738.

En este yacimiento uno se puede entretener todo lo que quiera, de modo que el tiempo de visita depende de uno mismo, aunque lo normal es visitar Herculano en un par de horas, ya que a diferencia de Pompeya, es más pequeño. Eso sí, con el calor y la humedad sería recomendable hacerlo pronto o tarde. Los autobuses de los cruceros que visitan Herculano son escasos, ya que la mayoría de estos viajeros prefieren conocer Pompeya. Es aconsejable calzado cómodo ya que las calles están como eran en época romana.

El precio de la entrada general es de 11€ aunque existen descuentos para niños, estudiantes o mayores de 65 años. También se puede comprar una entrada combinada por 20€ que permite visitar además Pompeya, Oplonti, Stabia y Boscoreale. Es válida para 3 días consecutivos.

Los puntos más interesantes para la visita son: Zona Portuaria, Terraza de Marco Nonio Balbo, Termas Suburbanas, Casa de los Relieves de Télefo, Casa de los Ciervos, Taberna de Priapo, Palestra o Gimnasio, Casa del Salón Negro, Colegio de Augustales, Casa del Bicentenario, Casa del Mosaico de Neptuno y Anfítrite, Termas Centrales, Casa de Argo y Villa de los Papiros.

Las excavaciones no han parado a día de hoy, estimándose que aún el 75% de la ciudad permanece sepultada. Pensar que solo el 25% de la ciudad ha sido excavada nos hacen soñar con todo lo que queda aún por descubrir.

Cuando la gente piensa en la erupción del Vesubio todo el mundo se acuerda de Pompeya pero Herculano tiene pocas cosas que envidiarle. Aunque para acceder es algo más complicado, porque está como unos 500 metros bajando una calle, es una villa más suntuosa y mejor conservada que Pompeya. Parece ser que al estar más cerca el efecto del Vesubio fue diferente y permitió conservar incluso casas de dos plantas intactas. Si bien es bastante más pequeño, de un orden de magnitud, tiene muchas cosas que ver.

Herculano se puede ver y apreciar con tranquilidad, ya que no está para nada masificado al ser menos conocido. Desde nuestra opinión no debes de perderte la visita a ninguno de los restos de estas dos ciudades que un día fueron sepultadas por el volcán Vesubio. Tanto Pompeya como Herculano aunque diferentes son 100% recomendables.

Nápoles: Esencia italiana a los pies del Vesubio

Conjunto Arqueológico de Itálica