Cueva de los Verdes

La Cueva de los Verdes es una de las joyas naturales y culturales más importantes de Lanzarote, donde encontrarás historia, misterio y sorpresa. Con su acondicionamiento al turismo, los visitantes pueden vivir la experiencia de pasear por lo que en su día fue un tubo o corredor volcánico (por donde pasaba la lava del volcán al mar).

La Cueva de los Verdes pertenece al municipio de Haría, al norte de la isla. Forma parte del tubo volcánico originado por la erupción del volcán de la Corona hace aproximadamente 5000 años (anterior a Timanfaya), cuando las lavas muy fluidas descendieron por debajo de lavas más compactas, creando una gran cavidad alargada.

El tubo tiene una longitud total de siete kilómetros desde el Volcán de la Corona hasta la costa, prologándose su recorrido bajo el mar en el conocido como Túnel de la Atlántida durante 1500 metros, siendo así porque el nivel del mar (durante la última glaciación) estaba 80 metros por debajo del nivel actual, siendo considerado el túnel de lava más largo del mundo. En la parte más cercana a la costa de dicho tubo volcánico se sitúan los Jameos del Agua.

La cueva fue utilizada por la población local para refugiarse de los ataques de corsarios berberiscos que periódicamente asolaban la isla, recibiendo el nombre de Cueva de los Verdes, porque la familia Verdes era la propietaria de las tierras en las que se encuentra la cueva.

En el año 1964 se preparó un recorrido de cerca de 2 km. de longitud y se realizaron intervenciones de iluminación en el interior de la gruta para que pudiera ser visitada. Para ello, el Cabildo de Lanzarote recurrió al artista majorero Jesús Soto, quien se convertiría a la postre en estrecho colaborador de Manrique, para la adecuación de este santuario natural de origen volcánico que se ha convertido en foco de atracción para miles de visitantes que anhelan descubrir su secreto. Soto desplegó todo su conocimiento del tratamiento de la luz y la sombra para extraer la luminosidad de la piedra y realzar las formas caprichosas que la lava fue dejando atrás en su devastador camino.

La visita es guiada en español e inglés y se hace en grupos de máximo 50 personas cada 15-20 minutos. Durante unos 50 minutos recorrerás el túnel subterráneo volcánico. Se hacen varias paradas a lo largo de la visita, donde el guía explicará datos históricos y geológicos del lugar. Aunque es una galería subterránea y hay sitios estrechos, escalones y momentos en que hay que agacharse, no es de difícil acceso. Visita muy recomendable y nada peligrosa pese a algunas indicaciones que se puedan tener previamente. No se puede dejar de visitar esta increíble maravilla de la naturaleza.

En distintas partes del tubo volcánico de espectacular dimensión, se aprecia perfectamente por dónde pasó la lava antes de llegar al mar y las marcas de distintos colores que dejó en su camino. En su interior cuenta con un auditorio y rincones denominados como la sala de las estetas, la garganta de la muerte o la puerta mora. También se puede encontrar estafilitos y las líneas que indican los niveles de lava. En la cueva se encuentra ubicado además el núcleo principal de la estación geodinámica de Lanzarote.

El auditorio de la Cueva de los Verdes (imagen de arriba) es uno de los espacios más especiales en Lanzarote para la celebración de conciertos de música de diversos géneros, intérpretes solistas o dúos y propuestas experimentales, marcado por su carácter intimista y de reducido formato. El particular entorno de la gruta volcánica, su temperatura, los efectos del sonido por la porosidad de la lava, su cuidada iluminación y la cercanía del espectador al escenario, convierten cada espectáculo en un inspirador encuentro entre arte y naturaleza. 

Ver la cueva en vivo y en directo no tiene nada que ver con las fotografías ya que es un lugar bastante oscuro donde lo ideal es verlo in situ. Una enigmática gruta donde la lava llegó al océano. Cerca del final (imagen de arriba), te llevarás una sorpresa que no se puede confesar.

Nos pareció un lugar espectacular, donde la naturaleza refleja su poderío, y que no deberías dejar de visitar si viajas a Lanzarote. Además tuvimos la suerte de contar con una guía fantástica que hizo de la visita algo inolvidable por lo agradable y cercano de su trato. Debe ser un espectáculo escuchar uno de los conciertos que tienen lugar en el corazón de la cueva.

Esta cueva es otro de los puntos imprescindibles de la isla. Es un paseito cómodo y no hace frío. La información es escasa, pero es suficiente. Hay parking y servicio. La entrada cuesta 10 euros por persona por lo que aconsejamos aprovecharse de los descuentos al comprar el bono completo para poder visitar todas las atracciones: Jameos del Agua, Cueva de los Verdes, Mirador del Río, Jardín de Cactus, Ruta de los Volcanes y Castillo de San José. Es recomendable visitar de seguido los Jameos del Agua y la Cueva de los Verdes, pues ambos se encuentran situados casi juntos y comparten la misma cueva volcánica.

Preciosa, una sensación increíble y una sorpresa final espectacular. Una visita que no se pueden perder. Una experiencia que superó nuestras expectativas. Eso sí, no apto para personas de movilidad reducida, personas que no se puedan agachar ni claustrofóbicas. Para niños no muy pequeños puede ser divertido pero moverse con bebés en algunas zonas es complicado.

La gama cromática de ocres, grises, negros y rojizos reinan en este paraíso de la oscuridad y se mimetizan por efecto de la luz para dibujar grotescos paisajes y espectaculares estructuras rocosas que sorprenden al visitante. Adentrarse en la Cueva de los Verdes es, sin duda, realizar un viaje iniciático al centro de la tierra.

Hay pocos lugares que concentren tantos puntos de interés para el patrimonio cultural y natural de la isla como la Cueva de los Verdes, una gruta de aura mitológica, cargada de leyenda y llena de características paisajísticas de extraordinaria belleza y singularidad. Formada a raíz de la actividad eruptiva del Volcán de la Corona, es una de las maravillas más sorprendentes que esconden las entrañas de Lanzarote.

Es espectacular visitar este lugar, sobre todo por el último momento donde puedes disfrutar del gran misterio de la cueva. Aquí es donde viene la gran ¡sorpresa!… pero esto lo tenéis que ver por vosotros mismos. Estar dentro de la gruta es como transportarte a otro espacio, es un sitio espectacular con un secreto que no podrás descubrir si no le visitas, vale la pena y es parada obligatoria para el turista.

Jardín de Cactus

El Jardín de Cactus representa un magnífico ejemplo de intervención arquitectónica integrada en el paisaje. Fue la última gran obra de César Manrique en Lanzarote en 1991. Los ojos del artista vieron más allá del espacio que era una antigua rofera, se llama así a las canteras de las que se extraen áridos, para crear un hogar muy particular para flores cactáceas de todo el mundo. Se encuentra situado en la localidad de Guatiza, municipio de Teguise, en el centro de un entorno agrícola caracterizado por las extensas plantaciones de tuneras dedicadas al cultivo de cochinilla. La entrada cuesta 6,50 euros por lo que como ya hemos comentado, conviene comprar el bono para ahorrarse unos euros si vais a visitar la mayoría de lugares turísticos.

El botánico Estanislao González Ferrer se encargó de seleccionar y reunir los especímenes de las plantaciones. Dispuestas en un espacio con forma de anfiteatro de unos 5.000 m2, aquí se albergan más de diez mil ejemplares de cactus de más de mil cuatrocientas especies diferentes, procedentes de ambas Américas, África, Canarias y otras zonas desérticas de la tierra. Una escalera doble nos invita a recorrer los sinuosos senderos empedrados y escalinatas que conectan las diferentes áreas ajardinadas del interior.

Mientras arriba, en lo alto de una pequeña loma, se encuentra un llamativo y vistoso molino que ofrece unas buenas vistas generales. La variedad de especies de cactus de todo el mundo es increíble. Se recorre con facilidad y además cuenta con una pequeña tienda de recuerdos y una cafetería. Visita totalmente recomendable, tranquila y agradable. La verdad que nos sorprendió. Fuimos pensando que sería aburrido pero la verdad es que merece la pena. Aparte de la enorme cantidad y variedad de cactus que hay, está superbien montado y organizado para su visita.

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