Castellar de la Frontera​ (perdón porque en los vídeos lo pronuncio mal) es un municipio que se asienta en pleno centro de la comarca del Campo de Gibraltar, en el sudeste de la provincia de Cádiz. Forma parte del Parque Natural de los Alcornocales, en la llamada Ruta del Toro. Cuenta con tres núcleos de población, que son Castellar Viejo (conocido coloquialmente como El Castillo), Castellar Nuevo y La Almoraima.

Hoy visitamos Castellar Viejo, este pequeño pueblo se encuentra encaramado en lo alto de un cerro, rodeado completamente por las murallas de su castillo de origen árabe, lo que le hace ser una de las escasas fortificaciones medievales habitadas hoy en día. Fue declarado Monumento Histórico-Artístico en 1963 y es la parte más bella y turística de Castellar.

Antes de entrar a la villa, estuvimos viendo el impresionante castillo por fuera, el embalse de Guadarranque y algunas de las bonitas casas rurales que hay por la zona, como la de la imagen de arriba, situada justo fuera de los muros de la fortaleza.

Embalse de Guadarranque

A los pies de la fortaleza se encuentra este mirador natural, donde pudimos disfrutar de las maravillosas vistas del embalse de Guadarranque. Fue construido el 1960 para abastecer de agua a todo el Campo de Gibraltar. Dicho embalse, sirvió, para que los habitantes del pueblo pudieran diversificar sus expectativas laborales más allá del corcho por aquel entonces.

En la actualidad, es junto con el embalse Charco Redondo de Los Barrios, uno de los principales sustentadores de agua potable del Campo de Gibraltar. Además de abastecer de agua a todos los habitantes de la comarca, el embalse de Guadarranque cubre otras necesidades diferentes, como son el abastecimiento al sector industrial de la Bahía de Algeciras y al regadío de todas las parcelas agrarias de la zona.

Castillo

La villa-fortaleza de Castellar Viejo, construida sobre un promontorio rocoso, guarda su casco histórico dentro de un castillo árabe del siglo XIII a 248 metros de altitud, en pleno Parque Natural de los Alcornocales. Un enclave privilegiado, rodeado de un paraje de ensueño en pleno contacto con la naturaleza. En este entorno podemos respirar el aire puro y limpio que nos depara este lugar tan sorprendente.

Entrar en el Castillo de Castellar de la Frontera nos transporta a la época islámica en la que era gestionado para defender el reino de Taifas. Es sumergirse en un pasado de olores islámicos, murallas rodeadas de naturaleza viva. Entre sus sufridos muros de piedras y sin ornamentación se respira un ambiente de paz y serenidad repletos de historia.

Dentro de la fortaleza se encuentra el viejo pueblo de Castellar de la Frontera con sus callejuelas. Del castillo (parte de él convertido actualmente en hotel) se conserva en buen estado la entrada, con arcos de herradura. Fue restaurado parcialmente en el año 1979.

Vistas desde Castellar Viejo

Desde los muros de la fortaleza se domina un maravilloso paisaje. Mirando al norte (imagen de arriba), vemos las montañas y algunos pueblos blancos de la Serranía de Málaga.

En esta otra imagen, vemos la parte sur. Desde aquí podemos divisar perfectamente (ya que nos pilló un día claro), toda la Bahía de Algeciras, el Peñón de Gibraltar, la costa de África (al fondo en la parte derecha), el estrecho, el mar Mediterráneo, Castellar Nuevo y otros pueblos cercanos, sin olvidar las bonitas vistas del Parque Natural de los Alcornocales.

Callejeando por Castellar Viejo (antiguo poblado árabe)

Tras cruzar la puerta de acceso a la fortaleza de este antiguo poblado árabe, llegaremos a un pequeño patio de armas, desde donde se accede al caserío interior, de una belleza singular, formado por un conjunto de calles estrechas, empedradas y sinuosas que mantienen su origen islámico y casitas blancas cuajadas de plantas y flores.

Las calles de esta pintoresca villa medieval, estaban prácticamente vacías y se respiraba mucha paz y tranquilidad.

Muchas de estas casas están consideradas como segundas viviendas y, un buen porcentaje de ellas, como hospederías rurales, debidamente identificadas.

Caminar por sus calles zigzagueantes engalanadas con macetas y arriates, nos transportará a la Andalucía más clásica. Gracias a los vecinos de la villa que se han preocupado por conservar el encanto del lugar.

Nos encontramos con numerosos gatos que disfrutan del aire puro y el relax del lugar.

Nos encontramos también algunas tiendas de artesanos o bohemios que venden sus cuadros.

Balcón de los Amorosos

En el corazón del antiguo pueblo árabe, dentro de las murallas del Castillo de Castellar, uno de los rincones que no te puedes perder es este impresionante mirador. Desde el «Balcón de los Amorosos» se tiene una preciosa vista del embalse de Guadarranque. Un lugar indescriptible de gran belleza. Nos encantaron las vistas.

Cuenta la leyenda que un joven de Los Barrios, subía cada noche de luna llena a Castellar y se asomaba al balcón para desde allí poder contemplarla más cerca, cuando la luna se miraba en el espejo del Guadarranque. Fue allí donde encontró a Morayma, la hija del emir, y se enamoró de ella. Cada noche de luna llena se amaron hasta que les sorprendió la guardia del moro.

El chaval murió atravesado por la daga del padre de la joven, que no tuvo piedad en acabar con quien había tomado la honra de su hija. Veintinueve días después, justo el tiempo que tardó la luna llena en volver a aparecer, la princesa nazarí saltó por el balcón para reunirse con su amado.

Con estas espectaculares vistas del Guadarranque, así como del Parque Natural de los Alcornocales, dimos por finalizada la visita. Castellar está considerado uno de los pueblos más bellos de Cádiz, y podemos afirmar de primera mano que así es. Superó todas nuestra expectativas. Sin duda un lugar increíble y pintoresco de los que ya no quedan.

El Campo de Gibraltar y la Bahía de Algeciras en 6 días

Tugasa Hotel Castillo de Castellar

Hotel Convento La Almoraima, Castellar de la Frontera 4 ****