Hoy empezamos a subir los posts de los lugares que hemos visitado en nuestro viaje por la isla canaria de Lanzarote. Las salidas a explorar volcanes, se encuentran entre las experiencias imprescindibles para apreciar completamente la isla, sus características geológicas y geomorfológicas únicas. A continuación vamos hablarles sobre una excursión que es fácil de hacer, incluso por su cuenta sin necesidad de equipo especializado. Se trata del sendero del Volcán del Cuervo.

La Caldera de los Cuervos, más conocida como Volcán del Cuervo, forma parte del Parque Natural de los Volcanes. Este volcán es muy interesante porque es el primer cono volcánico generado durante la erupción del Timanfaya, que se desarrolló entre los años 1730 y 1736 y cambió el paisaje de Lanzarote, dándole una apariencia casi lunar. La Caldera de los Cuervos, por lo tanto, no es sólo un ejemplo clásico de un cráter simple, sino que también es un símbolo de la transformación de Lanzarote que no puedes perderte.

Los colores son impresionantes y cambian constantemente, también en función del paso de nubes rápidas que proyectan sombras extrañas en el suelo. El viento azota, pero suaviza el calor, y las plantas bajas que germinan trepando en la ladera de la montaña de lapilli me sorprenden, una señal de una resistencia que sólo la naturaleza puede enseñarnos. Lanzarote se ofrece como una isla de luces y contrastes inesperados que quedaron grabados en nuestros ojos y mente.

Viniendo en coche desde Teguise, encontrarás la Caldera de los Cuervos tras dejar atrás los viñedos de La Geria. Justo enfrente del volcán, en la carretera LZ-56, hay una zona de aparcamiento gratuito donde puedes dejar el coche. Desde ahí comienza el camino.

Viñedos de La Geria

Lanzarote destaca en unas especiales prácticas de viticultura únicas, que da lugar a un paisaje muy peculiar llamado La Geria. Los suelos en los que se asientan los viñedos son suelos volcánicos, bien diferenciados e incluso suelos rojos profundos sobre formaciones basálticas antiguas. Fue aprovechada para la plantación de vides para la producción de vino, siendo abundante la variedad Malvasía. La capa lapilli o “picón”, protegidas adicionalmente por pequeños muros de piedra seca, cubre el suelo vegetal de la viña facilitando la rápida filtración de la lluvia, evitando la evaporación de la tierra vegetal y manteniendo constante la temperatura del suelo (efecto termorregulador). La superficie de la mayor parte de los viñedos está cubierta de ceniza negra volcánica que impide el crecimiento de otra vegetación, pero que posee excelentes propiedades de retención del agua procedente del rocío. Además, la forma de los hoyos y la pared adicional protegen a los cultivos del viento. También se plantan frutales, como higueras, de la misma forma.

Montaña Colorada

También pudimos ver y fotografiar la Montaña Colorada, que debe su nombre al color rojizo de sus laderas. Si la Caldera de los Cuervos es el primer volcán que se formó durante las erupciones del Timanfaya del siglo XVIII, la Montaña Colorada es el último que explotó. También se puede realizar una ruta de senderismo sencilla alrededor de este volcán. El parking de inicio se encuentra a tan sólo un km del aparcamiento del Volcán del Cuervo.

Volcán del Cuervo

Volviendo a la excursión del Volcán del Cuervo, se trata de un sendero corto y de baja dificultad, de unos 3 km y de forma circular. Puede ser disfrutado por cualquier persona, incluso niños. Desde el parking comienza un camino que lleva hasta el volcán y una vez allí se puede rodear toda la caldera y bajar al cráter (imagen de arriba). 

En el camino hay varios paneles explicativos que cuentan muy bien la historia y las características del lugar, la conformación del paisaje y su contextualización con respecto a las emergencias circundantes.

El sendero transcurre por terreno llano de gravilla, rodeado por campos de lava o «malpaís«, con una vista en el horizonte de conos volcánicos y cráteres que fue dejando el Timanfaya tras su erupción. Es un paisaje lunar, parece que estás en otro planeta con sus mares de lava que se pierden en el horizonte.

Malpaís” es la denominación isleña para referirse a los campos de lava, que en su lento avance se fueron entrecruzando dando lugar a un complejo puzzle morfológico. Los materiales volcánicos emitidos desde el cráter de los Cuervos construyeron en torno a esta boca un volcán de forma asimétrica en cuya estructura predominan los “spatter”o fragmentos de lava que son proyectados al aire a partir de las explosiones de baja intensidad.

Una vez llegado al Volcán del Cuervo (imagen de arriba) desde los aparcamientos, rodearemos la caldera y bajaremos al cráter. Es un «volcán pequeño», con una altura de 388 metros. Un lugar muy visitado por los turistas y por los residentes que impresiona por su fácil acceso y su gran belleza.

Antes de terminar el circuito alrededor de la caldera, un camino conduce al interior del cráter, justo al centro donde comenzó todo un evento cataclísmico que altera el orden de las cosas para crear algo totalmente nuevo. Allí dentro uno se imagina cómo tuvo que ser la erupción hace cientos de años. Este volcán es una parte importante del Patrimonio Geológico de Lanzarote, pues como ya hemos comentado, su erupción supuso el comienzo de uno de los eventos históricos más importantes de la isla. Ya en el interior de la caldera son visibles las diferentes marcas que el charco de lava dejó; las diferentes alturas señalan los niveles que llegó a alcanzar.

Dentro de esa cuenca nos sentimos inmensamente pequeños y sin embargo muy afortunado de haber visitado un lugar único y salvaje. Es increíble la emoción de poder estar dentro del cráter de un volcán de esta envergadura y admirar su magnificencia rodeada por un mar negro de lava sedimentada que, al observarla cuidadosamente, parece repetir el movimiento de las olas.

Una vez visto el cráter, solo queda terminar de bordear la caldera y volver a los aparcamientos. Localizado en un entorno único, un tanto apocalíptico, el Volcán del Cuervo tiene un perfil inconfundible. Cerca hay otros puntos de interés, como los viñedos de La Geria, el Volcán de Caldera Blanca, la Montaña Negra, la Montaña Colorada o el Parque Nacional de Timanfaya.

En la imagen de arriba podemos ver a lo lejos toda la línea de las Montañas del Fuego, ya dentro del Parque Nacional de Timanfaya (que también visitamos y os lo mostraremos en otro post). Destaca sobre todos el Pico del Fuego (o Montaña de Timanfaya).

Lanzarote tiene un corazón profundo, como las bocas de sus volcanes, pero también puede ser vivo y brillante, con pueblos blancos de puertas y ventanas pintadas en verdes o azules, iglesias, flores moradas y púrpura, cáctus y palmeras por doquier.

El sendero del Volcán del Cuervo es uno de los paseos más populares entre los visitantes de la isla. Leímos en internet que merecía la pena verlo y fue totalmente cierto. Una delicia poder entrar y sentir la experiencia de permanecer en el mismísimo cráter de un volcán de forma gratuita. El paseo es corto y agradable y apto para todos los públicos. Una experiencia más única en Lanzarote.

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