Uno de los lugares más espectaculares y que más disfrutamos de nuestra visita a Budapest, fue el Balneario Széchenyi. Se trata de uno de los baños termales más fascinantes del mundo y el lugar más popular de la capital húngara.

Construido en 1913 en estilo neobarroco, el Balneario Széchenyi cuenta con 15 piscinas termales interiores, 3 piscinas termales exteriores, una piscina exterior con jacuzzi, 10 saunas y baños turcos, diversas salas de masajes, aquagym, tratamientos anticelulíticos, tratamientos de belleza, etc.

Una de las curiosidades de Budapest es que es la única gran metrópolis del mundo que tiene muchos manantiales medicinales. El caudal de sus aguas termales de 21 a 80 °C de temperatura que brotan a la superficie de 118 manantiales naturales y de pozos perforados, es de 70 millones de litros diarios. Esto atrajo a los romanos y turcos durante el tiempo que estuvieron asentados en la ciudad, creando baños para aprovechar estas saludables aguas, algunos de los cuales se conservan aún en la actualidad. Pero realmente, fue en el siglo XIX cuando se construyeron nuevos balnearios, e incluso Budapest recibió en 1934, el reconocimiento oficial de Ciudad de los Balnearios.

Todo aquel que visite Budapest ha de pasar por alguno de sus múltiples balnearios. Los más conocidos son: Széchenyi, Gellért, Lukács, Rudas y Király. Nosotros nos decidimos por los baños Széchenyi porque son los más conocidos de la ciudad y por tener una parte interior y una exterior, además de la belleza del edificio donde se encuentra.

Los baños Széchenyi, Gran Premio de Productos Húngaros, es uno de los mayores complejos balnearios de Europa y el primer balneario terapéutico de Pest. El agua termal de Széchenyi brota a la superficie desde el segundo pozo más profundo de Budapest, con una profundidad de 1246 metros y con 76°C de temperatura. La maqueta del edificio representa a Hungría en la exposición de maquetas “Mini Europa” de Bruselas. En el precio de la entrada se incluyen, además de los tradicionales servicios terapéuticos, también numerosos servicios de wellness, tales como el uso del gimnasio, de las saunas, aerobic, gimnasia acuática.

Los componentes principales disueltos en estas aguas termales son el sulfato de calcio, el magnesio y el bicarbonato así como una cantidad importante de flúor y ácido metabórico. Dicen que tales aguas están médicamente indicadas para cierto tipo de enfermedades.

Edificio de entrada

Lo primero que nos llamó la atención nada más llegar, fue el impresionante edificio donde se encuentra los baños.  Fue construido en 1913 en estilo neobarroco según los planes del arquitecto Győző Czigler. En ese momento tenían baños privados y secciones de baños de vapor que separaban a los hombres de las mujeres, así como una zona de baños públicos. El complejo fue ampliado en 1927 y todavía tiene al aire libre 3 piscinas y 15 cubiertas. Después de su expansión, el pozo artesiano termal inicial no pudo dar abasto con su propósito, por lo que fue perforado un nuevo pozo. La segunda fuente termal fue concretada en 1938.

El Balneario Széchenyi se encuentra situado en el Parque de la Ciudad, al final de la Avenida Andrássy (muy cerca de la plaza de los Héroes y el Castillo de Vajdahunyad).

Horario y precio

Horario: El balneario permanece abierto todos los días del año de 6:00 a 22:00 horas. Debéis recoger el ticket en la taquilla preferente entre las 9:00 y las 17:30 horas. A partir de esa hora, el mostrador estará cerrado. Algunas partes como las zonas termales y los baños de vapor cierran a las 19:00 horas, por lo que recomendamos ir antes de las 18:00 para poder ver el lugar al completo. Los días 24, 25, 26 y 31 de diciembre, y el 1 de enero, el horario es reducido.

Precio: Hay dos tipos de entrada: VIP, con un precio de 20 euros que incluye vestuario individual con taquilla. Estándar, con un precio de 19 euros que incluye el uso de las taquillas. Los fines de semana hay un suplemento de entre 1 y 2 euros. Nosotros compramos las entradas por Internet para evitar las colas.

Que hay que llevar

Este sitio era el uno de los preferidos de nuestro viaje y hemos salido como en una nube. Eso sí, llevaos vuestro bañador, chanclas y toallas. Si se os olvida, lo podéis comprar o alquilar dentro, pero puede que no halla chanclas de tu número y las toallas son a precio de oro. El gorro sólo es obligatorio para nadar en la piscina exterior central.

Piscinas exteriores

Tras cambiarnos, pasamos a la zona donde están las 3 piscinas exteriores. Si vas por la tarde, se recomendienda visitar antes las piscinas interiores, ya que cierran antes. En la parte exterior hay un bar-restaurante donde podréis comer o tomar algo. Como ves, este balneario está preparado para pasar el día entero si te apetece.

Una de las piscinas exteriores es de natación (imagen de arriba) y es la única donde hay que ponerse gorro para nadar y tiene el agua más fresquita.

Las otras 2 piscinas exteriores son de agua caliente. En una de ellas, los húngaros se divierten jugando al ajedrez dentro del agua. La otra piscina exterior de este balneario tiene un jacuzzi y una parte de olas. Es súper divertida. Nosotros no nos lo esperábamos y estuvimos girando y chocándonos con todo el mundo sin parar de reír como podéis apreciar en el vídeo de arriba.

Donde mejor lo pasamos fue en el jacuzzi y la parte de olas que ya hemos comentado. Era sumamente divertida ya que el agua gira de manera circular y te ríes de lo lindo dando vueltas y vueltas impulsado por el agua a presión. Destacar también la belleza que le da al lugar las numerosas esculturas que te encuentras. Definitivamente hay que visitarlo.

¿Qué tal un masaje sólo o en pareja?. Si queréis completar la experiencia, podéis reservar la entrada al Balneario Széchenyi con masaje. Son excelentes. Nosotros cogimos la entrada con una cabina para cambiarnos y masaje. La zona de masaje se encuentra en un espacio super relajante lleno de plantas, amacas colgadas y tumbonas donde puedes disfrutar también de un zumo, agua o fruta natural recién cortada. ¡Mejor imposible!.

No puedes dejar de visitar uno de los lugares más típico de Budapest. Más aún si hace frío fuera o incluso llueve. Es una gozada poder estar perfectamente cómodos y calentitos en las piscinas exteriores viendo incluso la nieve caer.

El exterior es una maravilla, es un edificio muy bonito y posee tres grandes piscinas. Por dentro el edificio cuenta con decenas de piscinas de todo tipo pero lo bueno es estar fuera.

En Budapest, la gente es muy aficionada a los baños y acuden regularmente. Éste es una joya, por su construcción, su decoración y lo grande que es. Es una experiencia inolvidable. Las piscinas al aire libre son espectaculares y dentro, tienen preciosos baños termales más pequeños.

Piscinas interiores

A continuación, nos dirigimos a las piscinas interiores de los baños Szechenyi. Son de diferentes temperaturas. Si vas por la tarde, te recomendamos ir primero a la parte interior ya que cierra antes que la parte exterior (sobre las 19h cierran el interior y sobre las 22h el exterior). Dentro encontrarás decenas de piscinas y baños, duchas de contraste y saunas secas y húmedas…

Si viajas a Budapest no te puedes perder la visita a estos baños. Es pura cultura húngara y lo sientes nada más entrar. Muchas personas vienen a diario antes o después de trabajar. Puedes encontrar personas que han incluido los baños en sus hábitos.

Balneario Széchenyi de noche

Cuando empezó atardecer, volvimos a las piscinas exteriores. Nos encantó ver anochecer desde dentro de la piscina con el agua super calentita. Nos gustó tanto que nos pasamos el día entero en el balneario. Fuimos al mediodía y estuvimos hasta que se hizo de noche.

No es sólo un lujo ver anochecer mientras te relajas dentro de cualquiera de las piscinas, sino que también, es una gozada estar dentro de las piscinas exteriores calentitos y que fuera esté nevado y a menos 0 grados. Nosotros fuimos a finales de septiembre y lógicamente no nevaba, pero afortunadamente ya experimentamos esta situación cuando estuvimos en otro gran balneario situado en Andorra llamado Caldea. Allí si vivimos la increíble experiencia de estar dentro de aguas termales en plena azotea dentro de un jacuzzi y en piscinas exteriores con temperaturas de menos -4 grados. ¡Fue una auténtica pasada!.

Es una vivencia única estar bañándote en una catedral tanto en las piscinas de dentro como las de fuera. Ha sido una experiencia «top». Miles de ambientes diferentes y el clima estaba perfecto. Pasamos todo el día muy bien atendidos. Hay una gran cantidad de piscinas con distintas temperaturas y a pesar de que las instalaciones son muy antiguas todo esta reformado.

Siempre sienta bien descansar después de varios días visitando la ciudad. Desde luego los locales van a los balnearios de Budapest durante todo el año.

Recomendamos 100% el Balneario Széchenyi de Budapest. Un sitio especial y único cargado de historia. Un edificio arquitectónicamente maravilloso. Después de unos días de turismo, nos regalamos un dia de relax en el balneario. Eso sí, al entrar parece un poco caótico por la cantidad de gente que hay, pero está muy bien organizado y no tuvimos problemas. Puedes quedarte todo el día pues incluso hay un buffet donde se puede comer. Sin duda merece la pena visitarlo y disfrutarlo.

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